El hall del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg) emula las luchas que en varias ciudades de Estados Unidos, España y Grecia, entre otras naciones, han generado los movimientos progresistas mundiales en contra de la voracidad capitalista.
Ocupemos el Celarg, ocupemos el mundo; tres días con los indignados es el evento que comenzó este jueves para dar cuenta de la diversidad de banderas que han levantado mujeres y hombres en las plazas públicas para visibilizar sus demandas por oportunidades en un mundo mejor.
Liliane Blaser, directora del Instituto de Formación Cinematográfica Cotrain, explicó que este evento se estructura de acuerdo a un plan de trabajo que contempla asambleas, videoconferencias, una exposición fotográfica y el intercambio de información sobre las acciones que las y los ocupantes han generado en varias partes del mundo.
“Es importante que se conozca que no es una gente en una plaza comiendo flores”, recalcó la organizadora al detallar que esta “batalla mediática” consiste en “visibilizar” sus acciones.
“Hay que darle tiempo a estros procesos para que maduren”, agregó la entrevistada.
La agenda que se desarrollará en el recinto cultural de Altamira contempla un “micrófono abierto” para la expresión de las ideas de las y los asistentes. Igualmente explicó Blaser que “es un espacio de apertura” en donde caben todas las manifestaciones culturales bajo la premisa del intercambio solidario. “En estos espacios no se utiliza el dinero”, explicó la realizadora quien estuvo recientemente en España empapándose de estas luchas.
La agenda de este sábado 17 de diciembre incluye a las 10:00 am un foro con la participación del historiador Vladimir Acosta, el escritor Roberto Hernández Montoya, el internacionalista Sergio Rodríguez Gelfenstein y la documentalista Liliane Blaser. A las 2:00 pm se realizará un contacto con las organizaciones españolas que plantean en Sevilla una asamblea constituyente, además de una videoconferencia con William Camacaro quien ha sido testigo de las manifestaciones en el centro financiero del planeta, Wall Street. “Nos va a hablar de como él ha visto el proceso”, detalló la documentalista.
“Hay una articulación inter-pueblo que puede llegar a algo”, sostuvo Blaser al hablar del intercambio de experiencias que surgen entre las y los visitantes de las ciudades donde está patente la protesta.
“Están profundizando al buscar el culpable del malestar y articulándose”, recalcó Blaser.
“El tipo de lucha puede ser diferente al que llevamos acá”, confesó la entrevistada, para quien las indignadas y los indignados forjan “un camino diferente”. La documentalista desdeñó las críticas que los asocian con un simple reformismo.
“Debemos tener mayor empatía con este movimiento”, acotó.