Este miércoles se cumplen 97 años de la desaparición física del poeta nicaragüense|Luis Alberto Crespo: “Rubén Darío le dio soberanía y gentilicio a la poesía latinoamericana”

Este miércoles se cumplen 97 años de la desaparición física de Félix Rubén García Sarmiento, el poeta nicaragüense a quien la historia conoció con el nombre de Rubén Darío, y “le dio soberanía y gentilicio a la poesía latinoamericana, universalizó nuestro concepto de poesía y le dio vitalidad”, a decir de Luis Alberto Crespo, presidente de la Casa Nacional de las Letras Andrés Bello.

“Fue un latinoamericano que viajó a Europa a mostrar una nueva poesía, a transformar la poesía en el ámbito hispanoamericano, y eso lo hace un ser emblemático y una representación real de lo que significa la literatura” en Nuestra América, acotó en conversación con el Correo del Orinoco.

UNA LENGUA DE RESISTENCIA

Crespo advirtió que en la escritura de Darío hay claras influencias de Europa, como la música de Verlaine o la poesía de Mallarmé, pero siempre cultivó “una fidelidad a su pertenencia a Latinoamérica”. Fidelidad que se demuestra en varios aspectos que caracterizaron y marcaron su escritura, precisó el poeta, quien destacó como una virtud el haber asumido “una lengua de resistencia”.

Esa resistencia la hace sentir “al incorporar a los grandes espacios de la cultura instituida en Europa, una lengua que tenía el encanto de la música no solo en lo exterior, sino que también representaba el conflicto de razas, de culturas y de influencias que existen en la poesía”, afirmó.

Para Crespo, esa fue la razón por la que el autor de Azul y Prosas Profanas “pudo realizar una obra magna, no solamente con los logros de un léxico prodigioso, sino también con el legado latinoamericano que se refleja en la lengua y la voz que se plasma en su poesía”.

IDEA Y EMOCIÓN

La lengua de resistencia no es lo único que marca la escritura de Rubén Darío, sino también el haber logrado incorporar la belleza y la emoción, evidentes en gran parte de su obra, con la idea, con las razones que lo motivaban a escribir y a decir lo que pensaba a través de la poesía, aclaró Crespo: “Él no fue solamente un poeta de la belleza en sí o de la emoción en sí, sino también incorporó la idea, las razones para hacer una obra muy coherente. Idea y emoción fueron en él una gran simbiosis”.

“Darío demostró que uno podía conciliarse con el cisne, con la naturaleza europea, incorporar al poeta como un hombre con derecho a tener la sensualidad misma que tienen ellos, pero con una característica que es la de ser latinoamericanos y eso se notó en su manera misma de insurgir contra esos conceptos barrocos, que sufrió mucho la poesía sobre todo en el ámbito hispánico”, continuó.

Aseguró que fue ese comprimir lo Latinoamericano en el plano del pensamiento y de la emoción lo que logró que el recordado padre del modernismo latinoamericano buscara y encontrara lo universal, “sin tener que rendir pleitesía a los cánones que imponían ciertas prohibiciones para que fuéramos universales”.

CONTRA LA BURGUESÍA

A pesar de que tradicionalmente, la poesía de Rubén Darío se recuerde por esos cisnes, princesas o valses, también había una voz que ya en su tiempo habló del futuro de la cultura hispanoamericana frente a la dominación de los imperios del mundo en algunos poemas como “A Roosevelt” de su libro Cantos de Vida y Esperanza.

“Él mostró cómo frente a la poesía de la pequeña burguesía está la poesía del hombre en sí mismo que quiere surgir, insurgir frente al panorama político y estético de las grandes culturas de Europa y Estados Unidos y mostró que él también lo podía decir y que la burguesía no tenía el control total de lo principesco, de lo bello, de los reyes, porque también tenía derecho a incorporar en su poesía, el adorno de esas culturas que, pretenden la dominación”, detalló Crespo.

“Aunque no es una poesía expresamente política, demuestra que hay una manera de protestar aún adornándose con la belleza de quienes nos explotan. Eso lo hizo él (Darío) y por eso es ineludible más allá de su forma su ritmo y sus grandes versos”, acotó.

SIGUE VIGENTE

Crespo señaló al Correo del Orinoco que “la muerte de Rubén Darío representó la pérdida de una gran figura, de una gran voz y de una gran presencia en la poesía de habla hispana”. Sin embargo resaltó que su legado en la lengua y en lo que a pensamiento latinoamericano se refiere logró que “a pesar de aquello que significa la decadencia de la poesía su obra siga vigente porque tiene una belleza en sí, es un regalo, un aporte en el que lo social está presente”.

Aseguró que esa combinación de la lengua, la idea, la belleza y la emoción ha permitido que se pueda ver la figura de este poeta como un luchador, como un servidor público que representó y aún representa la cultura de resistencia a la que está comprometida Latinoamérica.

“Darío encarnó al poeta como un servidor público, el del canto a las naciones, el de la sátira, pero sobre todo a alguien que enseñó una nueva manera de poetizar”, señaló.

Crespo destacó la importancia de mantener vivo el legado que Darío dejó en la poesía, en la historia y la cultura y destacó que estudiar su obra es esencial por esa mezcla que tiene entre la belleza, la emoción, la lengua y la idea.

Por tal motivo, consideró que estudiar su obra y leer su poesía en estos tiempos y en los próximos “Es indispensable para entender a América Latina, para entendernos a nosotros mismos y sobre todo para entender nuestra lengua y nuestra cultura”.

Texto/Sharlaine Chona
Foto/Miguel Romero