Pasado, presente y futuro por Héctor Abache|Madiba, un pensamiento inmortal (Opinión)

“Detesto el racismo, porque lo veo como algo barbárico, ya sea que venga de un hombre negro o un hombre blanco…”, decía Madiba.

A casi un año de su siembra queremos rendirle tributo, honrar su lucha anti-racial y hacer su pensamiento inmortal, lo cual cada día se hace más necesario, debido a que en pleno siglo XXI el mundo sigue sometido a las desventuras del racismo.

Nada menos la semana pasada la opinión pública mundial quedó boquiabierta con la decisión del jurado de Ferguson, al haber considerado la inexistencia de pruebas suficientes para condenar al policía blanco que asesinó al joven afroamericano, Michael Brown, el pasado 09 de agosto. Ante eso nos preguntamos: ¿No son los Estados Unidos de Norteamérica el país que se autoproclama como el defensor y protector de la “libertad” y de los “Derechos Humanos” en el mundo? ¡Pues claro que no!, esa es otra hipocresía más.

Hoy, desgraciadamente, el racismo sobrepasa la mera ofensa racial, principalmente en ese país que se cree mentor, y por tanto custodio de la “democracia”. Ese racismo, hoy puede fácilmente, aunque suene paradójico, arrebatarle la vida a alguien, y particularmente a alguien de tez morena.

Con todo esto parece verse empañado todo el esfuerzo de aquellos hombres como Bolívar, nuestro libertador; como Madiba; como Gandhi; como Martin Luther King; entre otros, en oponerse rotundamente a los factores de discriminación, opresión y esclavitud, en aras de consolidar un mundo de igualdad y respeto social, donde se garantizaran los derechos civiles de los pobres, de “los condenados de la tierra”, como diría Franz Fanon, a quien también recordamos a propósito de cumplirse un aniversario más de su siembra; porque este es un problema clasista.

Por nuestra parte, el Gobierno Bolivariano previene, atiende, erradica y sanciona la discriminación racial en cualquiera de sus manifestaciones, así nos lo hace saber nuestra Ley Orgánica Contra la Discriminación Racial. No obstante, aun así debemos solidarizarnos y por consiguiente repudiar cualquiera de estas injusticias cometidas en cualquier lugar del planeta.

Pero a pesar de ser cruel, debemos tener presente que este es un mal superable, y al unísono todos deberíamos coincidir con que “nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, o su origen, o su religión. La gente tiene que aprender a odiar, y si ellos pueden aprender a odiar, también se les puede enseñar a amar, el amor llega más naturalmente al corazón humano que su contrario”, Nelson Mandela.

hectorabache@gmail.com