Los maestros de educación primaria y secundaria de Francia realizan este jueves una jornada de huelga en todo el país para reclamar al Gobierno mejores condiciones de trabajo y mayor atención a los alumnos en dificultades.
La protesta ya no solo rechaza el hecho de un cambio de horario tras el aumento de media jornada de clases a la semana sino que exigen que se dote a los docentes de los recursos necesarios para cumplir la función.
El controvertido proyecto es una propuesta del ministro de Educación francés, Vincent Peillon, y consiste en agregar medio día más de clases a la semana y ampliar la permanencia de los alumnos en los centros, sin prever ningún tipo de aumento salarial al magisterio de primaria.
El secretario general del Sindicato Nacional Unitario de Profesores, Sébastien Sihr, ha dicho que entre las peticiones al Ejecutivo se encuentra que cumplan con su promesa de hacer de la educación primaria una prioridad para garantizar el éxito de los niveles medio y superior.
Señalan que problemas de fracaso escolar se debe a la aglomeración de alumnos por aula, debilidad en la atención a estudiantes con dificultades académicas, de manera particular a los originarios de familias desfavorecidas o de inmigrantes.
Cuatro de cada diez escuelas se encuentran en paro de labores, una huelga que es apoyada por padres y representantes.
Se prevé una serie de manifestaciones programadas en algunas ciudades, entre ellas, París (capital).
Las molestias causadas en muchas familias por el cambio de horario se debe a que la salida de sus hijos de los centros educativos ya no coincide con el fin de la jornada laboral y deben interrumpir su trabajo o pagar a alguien para que los atienda.
La huelga tiene lugar poco después de conocerse el informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (Pisa, por sus siglas en inglés), donde se reveló el incremento de las desigualdades en el sistema educativo francés.
El estudio es elaborado por la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico y su edición de 2013 señala que el país galo retrocedió en los principales indicadores en la última década.
Entre las 65 naciones analizadas, Francia, considerada la quinta potencia del mundo, ocupa el puesto 26 en materia de cultura científica, el 25 en conocimientos de matemática y el 21 en comprensión de lectura.