Desde que el presidente Hugo Chávez propuso en 2007 un nuevo abordaje de la gestión político-administrativa del Estado en la que se consideraba las relaciones naturales territoriales y la comprensión sociocultural de la regiones y subregiones de Venezuela, poco se ha avanzado en esa línea de acción administrativa que está incluida en el plan de la patria.
Pareciera que la rutina del día a día, la interminable labor de apagar fuegos por aquí y por allá, desconcentra a los mandatarios del tema estratégico de la planificación mancomunada teniendo como unidad de base social a las Comunas para la construcción estructural del socialismo.
De lo que se trata es que los mandatarios regionales y locales socialistas miren con visión de estadistas y comprendan que su gestión no es personal y que están ante la oportunidad histórica de darle forma y concreción al pensamiento de Hugo Chávez y al máximo legado que soñó Bolívar: la suprema felicidad posible para el pueblo venezolano.
En Guárico, Anzoátegui y Miranda, los gobernadores, alcaldes, concejales y las Comunas tienen en sus manos la construcción de la nueva geografía política socialista que le daría nuevos impulsos al aparato productivo de abastecimiento alimentario. Es cuestión de concretar los convenios en la práctica y la acción.
Los gobernadores Ramón Rodríguez Chacín en Guárico y Aristóbulo Istúriz en Anzoátegui son puntales dirigentes nacionales de esa nueva geopolítica que debe llevar a esas comunidades a estadios superiores de autoabastecimiento e independencia económica sobre la base de lo indicado en el plan de la patria y aprovechar la convocatoria a la que fue llamado ese pueblo por dar un paso adelante en las conquistas de sus más preciados derechos.
Hombre y mujeres, familias guariqueñas y anzoatiguense de ese borde productivo de tierra fértiles y aguas abundantes tan solo esperan que se convencionalicen los acuerdos suscritos por los alcaldes y comunidades del centro-norte del país sobre asunto concretos en tres hitos estructurales: vialidad, agua-ambiente y electricidad.
A partir de esos asuntos el desarrollo humano de esa subregión con más de 300 mil habitantes vera florecer el sueño de Hugo Chávez: la patria socialista.