La selección venezolana se ubicó en el quinto lugar en el pasado Campeonato Mundial de Karate. El país tiene en Antonio Díaz y Yohana Sánchez a los últimos monarcas del mundo en kata, mientras que Luis Plumacher y Jean Carlos Peña se han quedado con varios primeros lugares en los abiertos (Open) europeos, los cuales pertenecen a la liga mundial.
Estos cuatro atletas solo forman parte de un contingente que se alistó hace años con el tricolor nacional, sin embargo, detrás de ellos existe una realidad: más de 5 millones de venezolanos practican karate en el país.
La disciplina es uno de los deportes que más participantes tiene en el país, muy a la par del fútbol, el fútbol de salón y el béisbol.
Actualmente tiene presencia en los 23 estados y el Distrito Capital. Se divide en más de 4 mil clubes inscritos en la Federación Venezolana de Karate (FVK), que a su vez integran las asociaciones regionales.
La información la dio a conocer Ramón Arturo Castillo, presidente de la FVK, quien aseguró que aún hay muchas organizaciones no afiliadas a una asociación.
POTENCIA CONTINENTAL
El karate es un deporte milenario que se inició en Japón. A través de los años se ha expandido por todo el mundo, tanto así, que Venezuela es una de las principales canteras de este deporte en América.
“Somos una potencia en el continente americano, porque nuestros atletas tienen el nivel competitivo más alto en la región. Los mismos deportistas se han encargado a través de los años de ganar todas las competencias continentales, por ello, estamos ubicados en esta posición”, aseguró.
Atletas, dirigentes y entrenadores han expresado que el éxito de Venezuela se debe principalmente a la inclusión de los venezolanos en las competencias internacionales, la cual ha sido un elemento vital para incrementar sus habilidades.
“Desde que los karatecas venezolanos comenzaron a competir en los distintos abiertos de Europa, su nivel técnico se ha incrementado de gran manera, tanto así que tenemos a atletas que han ganado hasta seis veces un Open, como es el caso de Antonio Díaz”, aseguró José Rodríguez, dirigente del estado Yaracuy.
LAS FIGURAS
Los triunfos de los karatecas estelares van acompañados por el alto fogueo que cada uno tiene fuera del país.
“Nosotros tenemos un gran nivel y lo hemos demostrado a lo largo de los años en las competencias mundiales”, dijo Yohana “La China” Sánchez.
“Estoy completamente segura de que si este deporte perteneciera al calendario de los Juegos Olímpicos, algunos de nosotros habría ganado más de una medallas de oro para el país”, agregó “La China”.
Según Ramón Castillo, un atleta que logra colarse entre los integrantes del combinado nacional, tiene la capacidad, por lo menos, de ser campeón panamericano. “El nivel de acá es el más fuerte”, por ello destaca la importancia de realizar competencias locales.
“Efectuar los campeonatos nacionales es muy importante para la federación, ya que allí vemos cómo va evolucionando la generación de relevo”, enfatizó.
Ángel Sánchez, Cleiver Casanova y Jorge Luis Martínez, son algunos de los nombres que están sonando para reemplazar a los atletas de la selección nacional. Además están acompañados por los jóvenes Ángel Aponte, César Herrera, Yoly Guillén, Yeisy Puiña y Daniela Suárez, quienes tienen un futuro muy prometedor en la disciplina.
UN ESTILO DE VIDA
De acuerdo a la opinión de varios de sus dirigentes y técnicos, el karate es más que una simple disciplina en la que las niñas y los niños aprenden a defenderse de alguna agresión física.
Quienes la practican afirman que es un estilo de vida y los ayuda a ser más organizados en cualquier otra actividad.
“La disciplina que se imparte en este deporte es muy buena, porque ayuda a los jóvenes para que puedan planificar de su vida. Si va a ser un atleta de alto rendimiento o si será un profesional en otra carrera, lo puede lograr mientras practique este deporte”, explicó Rafael Osorio, atleta del estado Aragua.
“Es un estilo de vida, porque acá sabemos cómo y cuándo utilizar la fuerza. También aprendemos a defendernos sin lastimar a los demás, ya que solo somos rivales cuando estamos sobre un tatami”, agregó.
Aquellos que quieran practicar este deporte lo pueden hacer a partir de los tres años de edad.
“Todos se inician en la citan blanca, pero pueden llegar a ser cinta negra en seis o siete años si mantienen la práctica, dependiendo al dojo o club al cual pertenezcan. Tenemos casos de niños, quienes, apenas con 12 años, ya son cintas negras”, acotó Castillo.