Las elecciones presidenciales y legislativas en Palestina se desarrollarán en mayo de 2012, acordaron este jueves la organización Al Fatah y el Movimiento de Resistencia Islámica Hamas.
El acuerdo se logró luego de una reunión en El Cairo entre el titular de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmoud Abbas, y el jefe político de Hamas, Khaled Meshaal, que en la actualidad se encuentra exiliado en Siria.
Con este avance se espera que el proceso de reconciliación palestina se consolide, como lo viene reclamando el pueblo de ese país.
Las conversaciones entre ambos líderes son las primeras desde que Hamas se trasladó a la Franja de Gaza, en 2007, luego de que fuera derrocado su Gobierno.
Portavoces de la ANP indicaron que en la reunión prevaleció el consenso sobre la conveniencia de crear una atmósfera apropiada para celebrar las elecciones y poner fin a las disputas políticas.
Abbas y Meshaal se comprometieron además a liberar a los prisioneros de las respectivas agrupaciones y reforzar «las confrontaciones populares contra la ocupación israelí».
Azzam el Ahmad, dirigente de Al Fatah, declaró que con Hamas «no hay ningún tipo de diferencias ahora y trabajamos como socios, con responsabilidades compartidas».
Meshaal expresó que el mensaje dado por ambas organizaciones es la apertura de un nueva etapa de cooperación.
Después del acuerdo alcanzado en mayo pasado en El Cairo, Al Fatah y Hamas habían dejado prácticamente congelados sus planes de formar un Gobierno de unidad nacional, hasta la realización de elecciones generales.
Hasta el momento no se sabe cómo se conformará la nueva administración y la distribución de los ministerios, aunque se esperan nuevas reuniones en diciembre próximo para definir los pasos a seguir.
Conocida la noticia de la reunión entre Al Fatah y Hamas, el Gobierno de Israel arremetió contra las agrupaciones y aseguró que la reconciliación palestina entierra la posibilidad de retornar a las negociaciones de paz.
Las conversaciones entre la ANP y Tel Aviv se mantienen congeladas desde hace un año, debido a la intransigencia del Ejecutivo hebreo que se niega a detener las construcción ilegal de asentamientos en territorios palestinos.