Proyecto Censurado 2011 (XII)|Medios ignoraron ayuda médica de Cuba a Haití

Cubanos en el Centro de Tratamiento de Cólera

Cuba fue la primera en llegar a Haití con ayuda médica tras el terremoto del 12 de enero de 2010. Entre muchas naciones solidarias, Cuba y sus equipos médicos desempeñaron un rol clave para asistir a las víctimas del terremoto. Los expertos en salud pública dijeron que los cubanos fueron los primeros que habilitaron instalaciones médicas entre las ruinas y reforzar los hospitales inmediatamente después del terremoto.

Sin embargo, su aporte en el sector salud tuvo escasa cobertura en los grandes medios. “Está golpeando que en los medios virtualmente no hubo mención del hecho de que Cuba tenía varios cientos de trabajadores de salud en tierra antes que cualquier otro país”, dijo David Sanders, profesor de salud pública de la Universidad Western Cape de Suráfrica.

El coordinador del equipo cubano en Haití, doctor Carlos Alberto García, dijo que los médicos cubanos, enfermeras y otros trabajadores de salud estuvieron trabajando sin parar, el día y la noche, con las salas de operaciones abiertas 18 horas por día. Durante una visita al hospital La Paz de Port-au-Prince, la capital haitiana, la doctora Mirta Roses, directora de la Organización Panamericana de Salud (OPS), quien fue responsable de la coordinación médica entre los cubanos, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y un anfitrión de las ONG del sector de la salud, describió la ayuda proporcionada por el personal médico cubano como “excelente y maravillosa”.

ACUERDO SOLIDARIO

Haití y Cuba firmaron un acuerdo de cooperación médica en 1998. Antes de que pegara el terremoto, 344 profesionales de salud cubanos ya estaban presentes en Haití, proporcionando atención primaria y servicios obstétricos, así como restaurando la vista de haitianos cegados por enfermedades oculares.

Más personal médico voló poco después del terremoto como parte de la respuesta rápida. “En el caso de los doctores cubanos, responden rápido a los desastres, porque la gestión de desastres es parte integrante de su entrenamiento”, explicó María Hamlin Zúniga, especialista en salud pública de Nicaragua. El personal de salud cubano organizó instalaciones médicas en 3 consultorios y 5 hospitales de campaña, así como en 5 centros de diagnóstico, con un total de 22 puestos diversos de cuidado, secundado por el apoyo financiero de Venezuela.

Los cubanos también operaron 9 centros de rehabilitación atendidos por un personal de casi 70 terapeutas físicos y especialistas cubanos en rehabilitación, además de personal médico haitiano. Ayudaron al equipo cubano otros 100 especialistas, procedentes de Venezuela, Chile, España, México, Colombia y Canadá, así como 17 monjas.

Sin embargo, en la información sobre el esfuerzo de ayuda internacional, los grandes medios occidentales generalmente se alinearon en pasar por alto a Cuba en la lista de naciones dispensadoras de ayuda. Una importante agencia internacional de prensa difundió una lista de naciones presentes con ayuda médico, donde acreditó a Cuba con el envío a Haití de nada más que 30 médicos, mientras realmente fueron más de 350, incluyendo 280 jóvenes médicos haitianos que se graduaron en la isla. Un total combinado de 930 profesionales de salud cubanos integró el contingente médico más grande de un solo país –Cuba– en Haití.

Otro grupo de 200 cubanos adiestró médicos de 24 países de África y Latinoamérica, y una docena de norteamericanos que se graduaron en La Habana también viajaron a Haití a reforzar los equipos médicos cubanos existentes. En comparación, la internacionalmente renombrada entidad Médicos sin Frontera (MSF) envió aproximadamente 269 profesionales de salud a trabajar en Haití, aunque de lejos tiene mejor financiamiento y posee suministros médicos mucho más extensos que el equipo cubano.

POCOS MEDIOS PARA LOS CUBANOS

Pero mientras los representantes de MSF y del CICR a menudo estaban delante de las cámaras de televisión discutiendo las prioridades de salud y necesidades médicas, los equipos médicos cubanos no aparecieron en la cobertura de los medios. Richard Gott, ex editor internacional del diario The Guardian, del Reino Unido, y especialista en América Latina, explicó que los “medios occidentales están programados para mostrarse indiferentes a la ayuda que provenga de lugares inesperados.En el caso haitiano, los medios han ignorado no sólo la contribución cubana, sino también los esfuerzos hechos por otros países latinoamericanos”.

Brasil proporcionó 70 millones de dólares para la financiación de 10 unidades de cuidados urgentes, 50 unidades móviles para cuidados de emergencia, un laboratorio y un hospital, entre otros servicios médicos.

Venezuela canceló toda la deuda de Haití y prometió suministrar gratuitamente petróleo, hasta que el país se haya recuperado del desastre. Las ONG occidentales contratan a relacionistas públicos que se entienden con los medios para asegurarse de que el mundo sepa qué están haciendo. Según Gott, los medios occidentales han crecido acostumbrados a ocuparse de tales ONG, desarrollando una relación de ayuda mutua.

Los equipos médicos cubanos, sin embargo, estuvieron fuera de esta esfera mediática humanitaria, predominantemente occidental, y por lo tanto solamente tienen posibilidades de recibir atención de algunos medios latinoamericanos, de reporteros radiales y periodistas de medios impresos en lengua española.

Sin embargo, hubo notables excepciones a este síndrome de la desinformación. El 19 de enero, un reportero de CNN rompió el silencio sobre el papel cubano en Haití con un informe acerca de los médicos cubanos en el hospital La Paz. Los doctores cubanos recibieron antes alabanza global por su ayuda humanitaria en Indonesia. Cuando Estados Unidos pidió que a sus aviones militares se les permitiera volar por el espacio aéreo cubano a fin de evacuar haitianos a hospitales de la Florida, Cuba estuvo inmediatamente de acuerdo, a pesar de casi 50 años de animosidad entre los dos países.

Aunque Cuba sea un país pobre y en vías de desarrollo, su riqueza de recursos humanos –médicos, ingenieros y expertos en gestión de desastres– han capacitado a esta pequeña nación del Caribe para jugar un papel global en atención sanitaria y ayuda humanitaria, junto a naciones occidentales lejos más ricas.

Los equipos médicos cubanos desempeñaron un papel relevante tras el tsunami del Océano Índico y Cuba envió un gran contingente médico a Paquistán después del terremoto de 2005. También los trabajadores cubanos de salud permanecieron entre los equipos médicos internacionales que atendieron a las víctimas del terremoto de Indonesia en 2006. En la operación de auxilio a Paquistán, EEUU y Europa enviaron equipos médicos; cada país tuvo una base de trabajo con la mayoría de los médicos desplegados durante un mes. Sin embargo, los cubanos desplegaron 7 bases importantes, operaron 32 hospitales de campaña y permanecieron allí por 6 meses.

La cumbre de Montreal, la primera reunión de 20 naciones dispensadoras de ayuda, acordó llevar a cabo una conferencia importante sobre el futuro de Haití en Naciones Unidas en marzo de 2010. Algunos analistas especularon que la rehabilitación de Haití brindaría una oportunidad potencial para que EEUU y Cuba limaran sus asperezas ideológicas combinando sus recursos para asistir a Haití, arguyendo que EEUU posee logística mientras Cuba tiene recursos humanos.

“La cooperación potencial EEUU-Cuba podría ser una vía hacia cubrir las necesidades de Haití”, dijo el doctor Julie Feinsilver, autor de Healing the Masses (Curar las masas), un libro sobre la diplomacia cubana de salud, quien sostiene que la máxima cooperación es urgentemente necesaria.

Feinsilver está convencido de que “Cuba debe tener un asiento en la mesa con el resto de naciones, organizaciones multilaterales y agencias de cualesquier naturaleza, y en todas las reuniones, para discutir, planear y coordinar esfuerzos de ayuda para la reconstrucción de Haití”.

A finales de enero, la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, agradeció a Cuba sus esfuerzos en Haití y dio la bienvenida a la ayuda y cooperación adicionales.

En el gran plan de la reconstrucción de Haití, Feinsilver discurrió: “Allí no puede haber ninguna imposición de sistemas de cualquier país, agencia o institución. La gente haitiana misma, con lo que aún sobrevive de su gobierno, y las ONG, deben proporcionar la dirección de la política, y Cuba ha sido, y debe continuar siendo un protagonista en el sector salud de Haití”.

T/ Tom Fawthrop (Al Jazeera), Ernesto Wong Maestre (Rebelión) y otros
Traducción: Ernesto Carmona
COMBATIR EL CÓLERA DESDE TODOS LOS FRENTES

Hinche debe ser una de las pocas ciudades del mundo que tiene una pista de aterrizaje dentro de su arteria principal, con funciones alternas de pasto para rebaños caprinos. Así de peculiar es la capital departamental del Centro en Haití, donde la epidemia de cólera se ha convertido en el principal motivo de preocupación de sus moradores y de la Brigada Médica Cubana (BMC) que allí presta sus servicios solidarios.

En los exteriores del hospital de la localidad está ubicado un Centro de Tratamiento de Cólera (CTC), donde trabajan en conjunto, además del personal cubano y graduados de la ELAM, nueve médicos norteamericanos de una Organización No Gubernamental. Estos últimos conservan las mejores impresiones de la labor consagrada de la BMC en Hinche.

Mientras comentan cómo se ha organizado el trabajo, el refuerzo, la disposición y entrega de los equipos de médicos y enfermeros, nos percatamos de la juventud del doctor guantanamero Roberto Pardo. La seguridad en los argumentos ya la hemos divisado en otros congéneres. Se deriva de esa excepcional experiencia de haber enfrentado los efectos de un desastre y, ahora, la epidemia, en una misma misión. El joven refuerza el compromiso asumido desde octubre del 2005, cuando se inscribió en el Contingente Internacionalista Henry Reeve, abanderado por el Comandante en Jefe, Fidel Castro.

Entre los graduados de la ELAM, nos encontramos a médicos ecuatorianos, mexicanos y colombianos, quienes cuando no están atendiendo a pacientes en el CTC es posible verlos en sus habitaciones de descanso con libro en mano, preparándose para los exámenes de la especialidad de Médicos Integrales Generales que cursan en Haití.

En la casa de los colaborados también se extreman los cuidados para mantener la higiene. Apenas se escuchan los pasos de los que entran y salen. Ha sido un consenso para contribuir al descanso de quienes se recuperan de la guardia anterior. Solo el olor a un menú criollo interrumpe la calma. De eso se encargan las cooperantes, Virginia y María Belkis, quienes se conocieron en Pakistán cuando la emergencia del sismo y ahora comparten, además de la sala de rehabilitación en el hospital, la cocina.

T/ Liurka Rodríguez- Cubadebate

Me parece una injusticia por parte de los medios de comunicaciòn privado, a nivel mundial el no tomar en cuenta la gran colaboraciòn y ayuda prestada por estos verdaderos Medicos Cubanos sin Linderos en este pais que ha sufrido, tantas catastrofes en tan poco tiempo como le ha sucedido a Haite. Pero mientras los representantes de MSF y del CICR a menudo estaban delante de las cámaras de televisión discutiendo las prioridades de salud y necesidades médicas, tenemos que publicar en todos los medios posibles, desde nuestra humilde opiniòn, ayudando a nuestros pueblos.