Es conveniente para la derecha venezolana, y para nadie más, que la comunidad internacional y los oposicionistas criollos mantengan la percepción de Venezuela como un “país destrozado, hundido, destruido, en crisis, colapsado”.
Les conviene acusar al Gobierno Bolivariano de cuanta infamia justifique sus innumerables intentos golpistas.
El Nuevo Herald (malicioso diario mayamero anticastrista) adopta el guión de la derecha e incluso se atreve a tergiversar los hechos.
Después de todo, la comunidad internacional es más fácil de engañar, pues no están aquí para ver con ojos propios lo ocurrido.
Un titular reza: “Tres muertos en violentos choques entre opositores y chavistas”, como si tales choques hubieran existido.
Comienza la noticia de este modo: “Tres personas murieron y al menos otras seis resultaron heridas luego de que grupos armados vinculados al chavismo emboscaran a un grupo de estudiantes que regresaban a sus casas después de haber participado en una de las varias multitudinarias manifestaciones de protesta realizadas el miércoles contra el régimen de Nicolás Maduro”.
La vieja historia de los chavistas malos que van y matan a opositores inocentes. Y de un “régimen”, y de un líder malvado.
Revive entonces el recuerdo de aquel 11 de abril, cuando las marchas que nunca se llegaron a encontrar fueron convertidas por la prensa en protagonistas de una batalla que terminó en masacre. ¿Qué es todo esto? ¿Una obra de teatro repetida?
La información ampliada sobre los hechos del pasado 12 de febrero se encuentra disponible en el sitio web www.misionverdad.com.