Miles de ganaderos franceses reaccionaron este jueves a un plan de ayudas de urgencia a su sector multiplicando con cortes de carreteras en todo el país una ola de protesta iniciada la semana pasada.
“Vamos a mantener la presión todo el verano (boreal)” con el propósito de conseguir mayores precios de venta para los productores, declaró Florent Dornier, secretario general del sindicato Jóvenes Agricultores (JA), a la cadena televisiva BFM.
Vamos a mantener la presión todo el verano (boreal)”, advirtió el secretario general del sindicato Jóvenes Agricultores (JA), Florent Dornier.
A mediodía de este viernes, hora local, los ganaderos galos han retirado la gran mayoría de los cortes de carreteras, pero mantienen su movilización con acciones de protesta por todo el país como quemas de neumáticos, concentraciones frente a sedes empresariales, cierre de carriles o apertura forzosa de peajes en autopistas.
Los descontentos prevén reimpulsar el ritmo de las protestas tras el fin de semana, en el que hacen una pausa para permitir el flujo de quienes salen de vacaciones.
En la jornada del jueves, llegaron a ser entre 10 y 15 mil los ganaderos movilizados en todo el país galo, pese a que el día anterior, el Ejecutivo dirigido por el primer ministro socialista Manuel Valls anunció un plan de ayudas de emergencia por valor de 600 millones de euros.
“Hemos asumido nuestra responsabilidad respondiendo a la emergencia. Somos conscientes de las muy grandes dificultades del sector lechero”, declaró el miércoles Valls en una rueda de prensa, acompañado del titular de la cartera de Agricultura, Stéphane Le Foll, y de cinco ministros más.
“Es absolutamente necesario que el Estado ponga reglas comerciales con las que el productor esté en el centro del proceso y que pueda ser remunerado. Eso es todo, es muy simple”, reclamó el jueves el secretario general de las Federaciones Departamentales de Sindicatos de Explotadores Agrícolas (FDSEA), Mickaël Trichet.
Los ganaderos protestan por la constante reducción en los precios que les imponen las grandes cadenas privadas de distribución, denunciando que la carne por la que ellos cobran 3,50 euros el kilo, se vende después a 14 euros en los supermercados.
Además, acusan a las autoridades galas de carecer de una estrategia de promoción de la agricultura francesa y critican la proliferación de normas y trámites burocráticos impuestos por la Unión Europea (UE) que dificultan su trabajo.
“Hace un año que venimos diciendo que el campo está a punto de explotar, lo que queremos es una revalorización de nuestros precios. Es el mundo rural lo que está en juego, estaremos ahí la semana que viene y no vamos a aflojar”, decía Dornier ante las cámaras.
Entre 22.000 y 25.000 ganaderos franceses —el 10 % del total— están al borde de quebrar en las próximas semanas, reconoció el viernes pasado Le Foll. Según estimaciones del diario Le Parisien, eso representaría “al menos, 40.000 empleos directos”.