Militante, construcción y defensa

Camarada llamarada

Por: Carolina Escarrá G.

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Entre el 28 y el 30 de julio tendrá lugar el Congreso del Partido Socialista Unido de Venezuela como el principal instrumento de construcción de la revolución en la visión del socialismo bolivariano, pero también como principal instrumento de defensa de la Patria/Matria, especialmente en un mundo donde la dinámica es tan extraña, que de un momento a otro el imperialista EEUU ha cambiado la relación con sus cuatro amenazas principales y hay negociaciones con la República Popular Democrática de Corea; acaba de haber una reunión bilateral de los presidentes Trump y Putin; y aunque con China, la guerra comercial no puede tener peores perspectivas de escalada de conflicto hasta este momento, quién sabe en qué instancia estará la semana que viene; y así se puede observar al analizar cada uno de los cinco países del Consejo de Seguridad de la ONU.

Como construcción del poder popular, el Congreso debe no solo entender al pueblo y continuar en la formación de sus cuadros militantes sino que debe también ser pueblo en esencia, para de esa manera planificar, organizar e impulsar al pueblo a empoderarse y convertirse en el verdadero mandatario del proceso como lo plantea la Constitución; y también debe entender el lenguaje del pueblo y usarlo para comunicarse con el nosotros-pueblo como lo hacía el Comandante Eterno, teniendo como fin la construcción del socialismo bolivariano.

Desde el punto de vista de la defensa de la Patria/Matria -visión que coincide con el primer objetivo histórico del Plan de la Patria que se mantiene para el proyecto de 2019 al 2025-, el partido debe entender esa cambiante dinámica internacional, relacionarse con partidos y movimientos sociales, desde la visión de la diplomacia de los pueblos que no del todo se puede aplicar desde el Ejecutivo Nacional aunque el canciller se esfuerce enormemente en hacerlo, pues existen en el concierto internacional códigos de diplomacia ya establecidos. Pero también, defensa de la Patria/Matria de los traidores que solicitan sanciones; defensa de la Patria/Matria de empresarios inescrupulosos que han desatado una feroz guerra económica con esos códigos que les pertenecen desde que se impuso el patrón dólar en el mundo; y defensa de la Patia/Matria con la necesaria autoformación que implica estudio de la teoría concatenado con una práctica revolucionaria.

Es por ello que Carlos Escarrá decía que el militante debe tener ética revolucionaria en función del interés colectivo y social; formación ideológica e instrumental para el ejercicio del poder popular; valor revolucionario de convicción y compromiso al servicio del socialismo; disciplina revolucionaria producto de un debate crítico y auto-crítico pero con la máxima de “irreverencia en la discusión y lealtad en la acción”; y sobre todo el amor a la revolución como un pacto de sentimiento, solidaridad, de entrega y compromiso que son necesarios para que el partido pueda lograr sus objetivos en este momento de nuevos comienzos.

Carolina Escarrá G.
cescarragil@gmail.com