La mayoría las obras son de reciente factura|Miradas latinoamericanas evalúan las películas venezolanas en el Festival de Mérida

Foto/L.J.G.C y Cortesía

En la séptima edición del Festival de Cine de Mérida los jueces tienen la difícil tarea de evaluar un total de 11 películas, tanto en un aspecto general como en el detalle de al menos 15 categorías, como el guión, las actuaciones y la iluminación, entre otras, que son en definitiva los elementos que premia el certamen.

Este año el cuerpo evaluador se compone de tres miembros internacionales y cuatro expertos locales, que deben alinear criterios para juzgar cada una de las obras, de las cuales sólo una fue estrenada el año pasado (Las caras del diablo, de Carlos Malavé). De resto, todas son de muy reciente factura, incluyendo cinco que se proyectarán por primera vez en este evento.

De manera que, en general, los evaluadores llegan desprevenidos, sin prejuicio ante las piezas que están en competencia. En tal sentido, el Correo del Orinoco consultó a los expertos, especialmente internacionales, no con la intención de detectar alguna tendencia hacia alguna obra en especial, sino para ver cuáles son sus expectativas con respecto a la cinematografía venezolana.

MAXIMILIANO GONZÁLEZ GORRITI (ARGENTINA)

Lejos de lo que pueda pensarse, este especialista en audio tiene una estrecha relación con el séptimo arte nacional desde hace unos cinco años. Resulta que el proceso de la mezcla final de sonido con tecnología Dolby, no se realiza en Venezuela, sino en Argentina, gracias a convenios internacionales.

Es así como buena parte de nuestras producciones llegan a las manos, o más bien los oídos, de González Gorriti, antes de llegar a las salas de cine. Este experto tuvo la oportunidad de ver, antes que cualquiera, cintas como Reverón (Diego Rísquez), Chico que miente (Marité Ugás) y Último cuerpo (Carlos Malavé), entre otras de las que están en la carrera por los galardones.

Según dice, más allá de afinar sus entrenados sentidos, busca una película que sencillamente le guste. “Tengo muchas expectativas, hay muchas que ya vi, porque trabajé en ellas pero es la primera vez que estoy como jurado, y en este festival, tengo expectativas muy altas”, apuntó el especialista.

En su opinión el séptimo arte venezolano “es un cine que esta en crecimiento, con todo lo que pasa en ese proceso: se va para atrás y también para adelante. Hay directores por ahí con una visión de vanguardia, otras no tanto, otros que se están buscandose a sí mismos continuamente, creo que es muy interesante lo que esta pasando”.

LISANDRO DUQUE (COLOMBIA)

“Creo que el gran privilegio para mi en esta condición de jurado del cine venezolano, es que no he visto ninguna película y no tengo la menor referencia, salvo una que por conocer e interesarme el personaje en que esta basada (Reverón), es la única que sé cuál es el tema, de resto no sé de que tratan. Es decir que vengo sin la menor prevención, lo cual es maravilloso porque creo que las reglas de juego entre una película o una obra artística y el espectador, las tiene que poner la obra. El producto artístico es lo que tiene que seducirlo a uno. Y yo estoy llegando a cada título, desprevenido, abierto a esperar a que me seduzca, sin prejuicios”, reflexionó el cineasta colombiano.

Si bien admite que no conoce muy bien el cine venezolano de los últimos 10 o 15 años, su relación con nuestra cinematografía se inició cerca de los años setenta, cuando quedó particularmente impactado por el filme El pez que fuma, luego de verla en un festival de Bogotá.

“Fue una película que me movió el piso, me gustó la manera en que Román Chalbaud incursionó en el mundo del prostíbulo, del chulo, la bohemia, el delincuente, etc. Eso me encantó”, recordó el realizador.

De aquellos tiempos recuerda, además de Chalbaud, a Thaelman Urgelles, dos veteranos que precisamente están confrontando sus trabajos: Días de poder y Los pájaros se van con la muerte, respectiamente. “Quiero ver cómo han evolucionado ellos en un lapso de unos 30 años. Y también quiero ver en que cuento o que tipo de obsesión tienen los cineastas nuevos. De modo que para mi todo lo que vea es ganancia, es una primicia”.

CARLOS SÁNCHEZ SOSA (MÉXICO)

El caso de este experto es medianamente parecido al de Lisandro Duque. Aprovecha su posición de jurado en el festival para actualizarse en materia de cine venezolano. “En lo personal, mi gusto por venir a Mérida es conocer lo nuevo que se esta haciendo. Mi trabajo es como distribuidor y hemos presentado algunas películas venezolanas y nos interesa conocer el cine venezolano y ver la posibilidad de acercar algunos títulos a México”, confesó.

Su relación con nuestras obras cinematográficas tiene que ver con la difusión en su país. Sánchez sosa es el responsable de que en México se haya apreciado la película, Postales de Leningrado, de Mariana Rondón. Por otra parte, es proveedor de cintas mexicanas a canales venezolanos como Vive TV, Tves y Telesur.

“Creo que hace falta mucha integración en los países latinoamericanos para difundir nuestro propio cine. Es nuestro mercado natural y no lo apreciamos como tal”, apuntó el mexicano.

También están en competencia El rumor de las piedras, de Alejandro Bellame; Hora menos, ópera prima de de Frank Spano; Iyawó, la justicia, guiada por Jackson Gurtiérrez; Samuel, el primer largometraje de César Lucena; y Una mirada al mar, de la debutante Andrea Ríos.

T y F/ Luis Jesús González Cova