Según especialistas|Mitos y realidades sobre la castración de perros y gatos

Que los animales se engordan cuando se castran, que si no se hace se les forman tumores, que su temperamento cambia o que se envejecen más rápido… ¿Cuáles mitos ha escuchado usted con respecto a la castración de perros y gatos? Un veterinario le dice todo lo que usted debe saber.

De acuerdo con el veterinario Neftalí Fallas, cuando las perras -en gatas casi no se presenta- no son castradas y se les deja pasar el celo sin que ningún macho las preñe, se pueden formar tumores o cáncer en sus pulmones.

“Es cierto, si la perra no va a ser servida por un macho, entra en celo, pero ella se puede preparar psicológicamente como si tuviera una preñez y por lo tanto va a salirle leche. Cuando no es tratada bien, esa mastitis puede conllevar a un tumor y éste a metástasis en pulmón”, afirmó Fallas.

El especialista explicó que es muy difícil que los dueños se den cuenta que las perras tienen cáncer en el pulmón, pero se puede detectar cuando tienen secreciones nasales, tos constante, fiebre o falta de apetito, aunque no se da en todos los casos. Por eso, si usted no quiere que su mascota tenga camada, la recomendación es castrarla para evitarle un riesgo mayor.

En cuanto al temperamento, sí es cierto que les cambia después de la castración, la mayoría de veces tanto las perras y las gatas tienden a volverse más cariñosas y tranquilas después de la operación.

Fallas recomienda que no sean castradas cuando cachorras, es preferible dejar que se les pase el primer celo, o incluso que tengan una primer camada para que desarrollen el instinto materno, y por ende el de protección.

“Soy del criterio que es bueno dejarlas que tengan una camada, porque ellas desarrollan el instinto maternal, pero hay gente que prefiere castrarla a los cuatro meses, para mí es mejor que pase el primer celo para una madurez sexual, es muy bueno que tenga cría porque al desarrollarse el instinto maternal, vamos a tener una perra para cuido, más cariñosa”, indicó el veterinario.

Como lo señala el médico, lo recomendable es dejarlas que pasen su primer celo, nunca es bueno castrarlas desde cachorritas, porque según Fallas, hay dueños que prefieren operarlas a los cuatro meses y esto no es del todo bueno.

“Ahora con la alimentación que ha mejorado mucho, el primer celo se da a los ocho meses, antes uno decía que podía ser castrada en el segundo celo porque se daba como al año y tres meses, ellas tienen que ser servidas hasta los 18 meses de edad, de ahí en adelante es cuando se recomienda que estén con macho”, expresó Fallas.

LA CASTRACIÓN LAS ENGORDA

Según Fallas, es normal que las perras y gatas ganen peso después de castradas, porque su apetito aumenta y las hormonas se disparan, pero no es cierto que con la operación se envejezcan más rápido.

“Claro que es cierto que ellas se engordan una vez castradas, y esto se da por el problema hormonal, una vez que se operan, hay que tener mucho cuidado con la dieta, no es bueno que estén gordas, por la grasa, las articulaciones”, citó Fallas.

La operación que se les realiza es ambulatoria, lo que se hace es que se cortan tanto el útero, como los ovarios; no es una buena idea ligarlos, siempre es mejor cortarlos según Fallas.

“Lo que se pide es que lleguen en ayunas, por lo menos con seis horas, se corta el útero y los dos cornos, del ovario en adelante, es como un cuerno y todo eso se quita, si queda el ovario, ella sigue entrando en celo. Ahora las ligan con prensitas para cable y con eso comienza hacerse una tumoración porque es un cuerpo extraño dentro del abdomen”, detalló el especialista.

Fallas afirma que en algunas ocasiones, la castración puede dar problemas en la piel como dermatitis, o el pelo tiende a caerse, pero esto se presenta solo en muy pocos casos por el cambio de hormonas.

Fuente/ crhoy.com
F/ Archivo