José Luis Pirela, dirigente nacional del partido opositor Movimiento Progresista de Venezuela (MPV), señaló que el plan de desarme voluntario es una medida necesaria, “pero insuficiente”.
En su opinión, el Gobierno ha creado unas expectativas en la población “que se vendrán al suelo, por cuanto está recibiendo revólveres y escopetas viejas de la ciudadanía, pero no se está desarmando a la delincuentes”.
Consideró que el desarme de la población “es un elemento positivo” porque las armas que poseen las personas pasan a la delincuencia cuando son víctimas de un atraco.
CUERPOS POLICIALES
Pirela planteó, además, que el Gobierno debe hacer una evaluación “exhaustiva y despartidizada de los cuerpos policiales”.
Según el dirigente opositor, “ningún plan de seguridad tendrá éxito si además de los ingredientes de violencia generalizada en el país, se le agrega el fenómeno peligroso de la corrupción policial; ningún plan tendrá éxito mientras las policías estén plagadas de delincuentes”.
Subrayó que los principales perturbadores de un plan de desarme son precisamente los funcionarios policiales involucrados en secuestros, extorsiones, sicariatos, cobro de vacunas y enriquecimiento ilícito.
“Vemos que en los cuerpos policiales hay mucha interferencia política del Gobierno, se mueven mucho sobre la base de intereses partidistas para imponer una nueva hegemonía”, acotó.
Como ejemplo, refirió el secuestro en días recientes de un comerciante en la población de San Francisco del estado Zulia, donde presuntamente estarían involucrados funcionarios de Polisur.
Pírela indicó que el pasado mes de agosto cinco policías de Polisur presumtamente “se vieron involucrados en la fuga del narcotraficante Carlos de la Cruz Domínguez, alias Dominguito, quien junto a su esposa se fugó de la comandancia”. Al parecer, en el hecho se involucraron varios policías.
A la lista de irregularidades refirió la desaparición del ciudadano Álvaro Rafael Morales Lobo, trabajador de la construcción. Dijo que en marzo del año pasado fue recluido en la sede de Polisur y desde hace seis meses sus familiares no saben de su paradero: “Nadie sabe de él; no está en ningún centro de reclusión, ni en el hospital ni en la morgue”.