Una aproximación al amor en todas sus dimensiones y al universo de la cerámica prehispánica y los símbolos se instalará en la Sala Espacio Taller del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas (MAC), cuando se inaugure la muestra Amüchi: fauna sagrada, de la artista Fabiola Gámez, este domingo 30 a las 11:00 am.
Los tótems “Ave fénix”, “El jaguar” y “Amor”; cinco piezas en mediano formato tituladas “Niña danta”, “Mujer manatí”, “Lilo”, “Los otros” y “Mujer caimán”, además de 5 obras en pequeño formato correspondientes a la serie Visión fetiches Amüchi conforman esta exposición que cuenta con la curaduría de la maestra ceramista Belén Parada, en la que igualmente se incluirán 21 piezas realizadas por niñas y niños participantes en un taller previo dictado por la artista, para completar este discurso plástico inmerso en la retroalimentación.
Gámez no solo mostrará al público la estética de su lenguaje escultórico, sino además a un jurado de la Unearte, encargado de evaluar la muestra que marca la culminación de los estudios académicos de la creadora para obtener la licenciatura en Artes Plásticas, mención Escultura.
“Culmino una etapa y comienzo otra con la misma línea de investigación. Pero con una transformación del lenguaje formal”, anticipó la artista citada en un comunicado de prensa difundido por la Fundación Museos Nacionales.
Amante de las raíces del pueblo venezolano, Gámez le da especial importancia al hecho de trabajar con los niños, algo que le resulta cotidiano y además califica como una experiencia que empodera y potencia la creatividad de los pequeños de la comunidad.
La propuesta expositiva tiene una finalidad social que parte de un interés particular de multiplicar conocimientos a los infantes, con a intención convertirlos en protagonistas de un discurso plástico en un espacio tan prestigioso como el MAC.
“Si a mí me hubieran dado la oportunidad de exponer cuando tenía 8 años imagínate las posibilidades que tendría ahora”, imaginó la artista.
Para Fabiola Gámez la interacción es algo que todos los artistas se plantean y esta visión de generar un intercambio en el otro está presente en Carlos Cruz-Diez. En este orden de ideas cita una frase de este maestro: “El arte es para compartir”.
El trabajo de la artista, insistió, abreva de la interacción con los niños que llevan la batuta del universo creador. En ese sentido, en su devenir artístico ha sido fundamental su hija, de quien se siente sumamente orgullosa y quien impulsa cada vez más su crecimiento como artífice de la plástica.
“Mi hija es muy importante en mi proceso de investigación, es inevitable hablar de ella porque siempre está presente”, acotó.
MÚLTIPLES ACCIONES
Diversas actividades que se desarrollaron inclusive antes de la preparación de la exposición forman parte de este proyecto. La estructura para articular el discurso de la muestra se inició del 3 al 7 de octubre, cuando la artista ofreció el taller Bestiario Imaginario a un grupo de estudiantes con edades comprendidas entre los 8 y 10 años aproximadamente de la Escuela Básica Distrital Josefina Daviot. Posteriormente, todo el público podrá disfrutar de la inauguración y defensa de esta propuesta y se estima que para la primera semana de noviembre se lleven a cabo charlas, trabajos didácticos y lúdicos con arcilla y otros materiales.
En lo que refiere a las charlas, contarán con invitados especiales: los ceramistas Emilio Spósito y Amarilis Hannot, así como con la antropóloga Leila Delgado.
La intención de la autora con este espacio es principalmente sensibilizar a niñas y niños sobre nuestras comunidades aborígenes y con lo que estas realizan.