Este invierno La Cruz Roja comenzará a recolectar y distribuir ayuda alimentaria a los más necesitados en Gran Bretaña por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, mientras los recortes sociales y la crisis económica envían números crecientes de personas a comedores populares y bancos de alimentos en toda Europa.
En lo que podría ser el inicio de un mayor papel en Gran Bretaña por la organización benéfica con sede en Ginebra mejor conocida por su trabajo en zonas de desastre, los voluntarios serán movilizados para ir a los supermercados de todo el país a finales de noviembre y pedir a los compradores donar alimentos no perecederos. La Cruz Roja británica ayudará a FareShare, una organización benéfica que trabaja con la organización Trussell Trust y la empresa Tesco, en la distribución de paquetes y latas a bancos de alimentos en todo el país.
Gran Bretaña es solo uno de los muchos países donde las familias están luchando para poner comida en la mesa. En un informe publicado el miércoles sobre el devastador impacto humanitario de la crisis financiera de Europa, la Cruz Roja registró un aumento del 75 % en el número de personas que dependen de la ayuda alimentaria durante los últimos tres años.
Al menos 43 millones de personas en todo el continente no están recibiendo suficiente para comer cada día y 120 millones están en riesgo de pobreza.
Funcionarios de la Cruz Roja pidió a gobiernos europeos tratar de encontrar nuevas formas de abordar la crisis, ya que los programas de austeridad hunden a millones a la pobreza y el hambre.