Médicos estadounidenses inocularon enfermedades venéreas a 5.000 personas en Guatemala, entre 1946 y 1948, y hasta ahora se ha confirmado la muerte de 83 a causa de estos experimentos, informó el científico estadounidense que dirige la investigación del caso, Stephen Hauser.
La presidenta de la Comisión Presidencial para el Estudio de Temas Bioéticos de Estados Unidos, Amy Gutmann, ha descrito el caso como “un episodio claramente inmoral de injusticia histórica».
Gutmann explicó, en una entrevista publicada en el diario guatemalteco Prensa Libre, que las personas sometidas a estos experimentos eran población vulnerable: prisioneros, personas con problemas mentales y niños.
El vicepresidente de Guatemala, Rafael Espada, anunció que, gracias a los archivos existentes en los hospitales donde se ejecutó la experimentación, el Gobierno localizó, en el oeste del país centroamericano, a cinco víctimas de 84 y 85 años.
En noviembre de 2010, la secretaria de Estado del país norteamericano, Hillary Clinton, justificó la acción del gobierno en los años 40 con la excusa de que esos experimentos estaban destinados a probar la eficacia de la penicilina”, reseñó Europa Press.