Colectivo Red Afros|Muñecas negras (Temática)

Un bonito grupo de Muñequeras de Venezuela se reunió en Caracas en octubre pasado. Las artesanas muñequeras fueron convocadas por el Gobierno Revolucionario a través del Ministerio del Poder Popular para la Mujer y la Igualdad de Género. La selección se hizo atendiendo “…ciertos criterios de tradicionalidad y originalidad, que las convierten en facilitadoras de la tarea de salvaguardar ese patrimonio de la humanidad que significan las muñecas de trapo como portadoras de ternura, de valores y de ideología”.

Puedo nombrar a maestras artesanas como las hermanas Rosaura, Laura y Janette Funes, Mariely Mora, Maritza Cabello, Blanca Escalona, Malú Rengifo, Irma Oropeza, Lérida Ortega, todas por Caracas; Milena Henríquez, Felicia Carrión, Orfelina Caraucán y Ely Velásquez, muñequeras sucrenses; Nelly Alvarado, de Lara; Raquel Aguilar, de Mérida; Felicia Vega, combinada de Mérida y Zulia; Rosa Córdova, de Miranda; Xiomara Hernández de Nueva Esparta; y Ólmida Sierra, nacida en Falcón.

Puedo dar fe de una realidad: las muñequeras que obedecen los “criterios de tradicionalidad y originalidad”, sí hacen muñecas negras. ¡Nunca vi tantas juntas!

HIPÓLITAS

La Historia de Venezuela da pie a muchas de ellas para recrear ciertos personajes. Como ellas mismas dicen: “…Hacer en trapo la historia de nuestros pueblos como acto descolonizador y revolucionario que valore nuestro patrimonio histórico y cultural”.

Entonces nos encontramos con próceres a pie o a caballo. La época precolombina, la colonial, la Independencia, la Guerra Federal y la Revolución Bolivariana revelan de manera textil algunos pasajes interesantes y de gran interés, sobre todo para niñas y niños. Los favoritos son Bolívar, Negro Primero, Cipriano Castro, Simón Rodríguez, Ezequiel Zamora, Chávez, Matea Bolívar, Hipólita…

Había varias Hipólitas, todas dándole teta a Simoncito. Algunas muñequeras hacen a Hipólita con Simón en los brazos pero estas la hicieron amamantando. Eso como para que quede claro que quien amamantó a Simón Bolívar fue Hipólita y no su mamá Concepción. Fue Hipólita y no Matea como se han aventurado muchos a decir.

UNA DECLARACIÓN

Hace tiempo Zobeyda Jiménez, a quien estaba dedicado este encuentro, escribió una Declaración de las Muñecas de Trapo. Estas mujeres hicieron una Declaración de las Artesanas Muñequeras y en la misma se declararon “…ejército amoroso de la ternura y de los sueños, movidas por el anhelo de crear hijos de tela que jueguen con nuestros hijos de carne. Batallando contra el tiempo que todo lo quiere borrar, puntada a puntada cosemos nuestro amor pa’ que siga correteando por el mundo aun cuando ya hayamos guardado el dedal y las agujas. Somos alquimistas del trapo y los colores, constructoras de cuentos, costureras de sueños…

“Invocando a nuestras ancestras y abuelas, así como a las maestras que han partido a lugares recónditos del alma y del cosmos en busca de nuevos materiales y que desde allí siguen dictándonos cátedra; reivindicando el oficio de coser, coser y coser inspiradas en la tradición, permitiendo fluir el río de la imaginación donde flotan elementos de la época y del entorno que dan un sello particular a nuestras muñecas… “conscientes de que éstas tienen el alma y el corazón que depositemos en ellas; cosiendo sin olvidar que el cuerpo femenino se traduce en las muñecas de trapo y que, por lo tanto, debemos reflejar la diversidad huyendo de los estereotipos que induzcan a la vergüenza de nosotras mismas por nuestro color, contextura, condiciones y otros aspectos discriminatorios…

“considerando que las muñecas, y los juguetes en general, son herramientas pedagógicas de liberación, medios de modelaje de comportamientos y maneras de ser en las niñas y los niños que serán la nueva mujer y el nuevo hombre, practicantes de la solidaridad, la justicia y el humanismo, e instrumentos de enseñanza lúdica cuya influencia a la larga incidirá en la salvación de la especie humana”.

NOBLES COMPROMISOS

Entre otros acuerdos, estas hermosas mujeres se comprometieron a no silenciarse sino continuar el arte que les enseñaron sus abuelas y socializar con todas y todos los saberes de coser, amarrar, bordar, cortar e hilar los sueños de las mujeres muñequeras. A solicitar del Estado venezolano la preservación y mantenimiento del Museo de las Muñecas creado por Zobeyda, allá en Píritu, Portuguesa; a declararse en desacuerdo con los estereotipos de la mujer “reina de belleza” y la estética capitalista; y en resistencia ante las estrategias neocolonizadoras y transculturizadoras presentes en la guerra no convencional que conspira contra los avances de la Revolución Socialista.

Y el mas importante desde mi óptica: Convertirse en “…maestras de las hermanas que, movidas por la necesidad de subsistir a través de este oficio de hacer muñecas, han caído en la trampa de los patrones abandonando su propia identidad y potencialidades creativas”.

Eso implica que combatirán esa alienación que induce a que como manualistas, algunas compañeras se dejen arrollar por los nuevos patrones que implican la desaparición de las muñecas que se parecen a nosotras sustituyéndolas por muñequitas rollizas de cacheticos rosados, todas igualitas como si fueran clones.

Gracias a estas defensoras del oficio, las muñecas negras “tenemos” esperanzas.

T/Beatriz Aiffil
I/Edgar Vargas