Los venezolanos tocarán el jueves 10 de octubre en Tokyo|La música unió a Hiroshima y a Caracas durante la primera visita de la SJC a Japón

En el teatro Bunka Koryu Kaikan, de la ciudad de Hiroshima, comenzó el martes 8 de octubre el ciclo de conciertos incluidos en la programación de la gira Japón – Corea 2013 de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Caracas (SJC), dirigida por el joven de 33 años de edad, Dietrich Paredes.

Uno de los detalles más relevantes de este primer recital fue la participación de la pianista Mami Hagiwara, nacida en Hiroshima y actualmente radicada en Francia, con quien la SJC interpretó el Concierto para piano en La menor, una de las obras más destacadas del compositor noruego Edvard Grieg, que ya la artista nipona había interpretado a mediados este año con la agrupación criolla, igualmente dirigida por Paredes, en la capital venezolana.

Evidenciando la famosa puntualidad japonesa, el recital comenzó, según lo pautado, a las 6:30 pm, con el aforo completamente lleno. Un hermoso piano de cola negro esperaba a un lado del escenario para dar espacio a los casi 200 músicos de la SJC que, siguiendo la batuta de Dietrich Paredes interpretaron, en primer lugar, La forza del destino (La fuerza del destino), música compuesta por el maestro italiano Giuseppe Verdi para la Ópera homónima estrenada en 1862.

Al final de esta primera pieza el público japonés, considerado como uno de los más sobrios y parcos, especialmente en espectáculos musicales, ofreció una ovación de casi cuatro minutos, sin levantarse de sus asientos.

Luego, cumpliendo una importante labor que casi nadie nota, el equipo técnico de la Fundación Musical Simón Bolívar dio muestras de madurada organización y precisión para transformar en tiempo récord el escenario, dar lugar al enorme piano y ajustar el espacio a una configuración más reducida de la orquesta.

Con los músicos preparados en sus respectivos lugares, Mami Hagiwara salió al escenario vestida de blanco, como una novia sin velo hacia el altar donde la espera el novio para consumar el acto de unión eterna.

Al finalizar los breves aplausos de bienvenida, la dama volvió sobre las notas de Greg con una interpretación matizada, con expresivos movimientos de su cuerpo en el rango de acción que le permitían sus manos al recorrer el teclado blanquinegro.

Esta vez el público aplaudió por más tiempo, sin levantarse, y obligó a la pianista a salir unas tres veces más, la última para agradecer las palmadas con una versión sin acompañamiento del Ave María.

De regreso del intermedio, la SJC rindió homenaje a Pyotr Ilyich Tchaikovsky con una representación de su Sinfonía Nº 5 en Mi menor, compuesta en 1888 y estrenada Rusia ese mismo año, bajo la dirección del propio autor.

Esta vez sí de pie, el público batió las palmas por espacio de 10 minutos aproximadamente, aplausos que se cortaron por un momento, mientras se apagaron las luces que encubrían una sorpresa de la SJC para la audiencia.

Cuando volvieron a funcionar los focos, sobre sus trajes formales los músicos vestían la tradicional chaqueta tricolor, más acorde con la distinción juvenil y con el Mambo, que casi dejó de ser de Berestein para convertirse en el sello del Sistema Nacional de Orquestas de Venezuela.

En esta parte, la audiencia nipona no solo acompaño a la orquesta venezolana con sus aplausos. Esta vez, inclusive, se pusieron a bailar desde sus asientos.

IMPRESIONES

El día anterior al concierto, luego de visitar el Museo Memorial de la Paz en donde se resguarda la historia sobre la barbarie ocurrida en 1945 cuando estalló la bomba atómica en Hiroshima, el  director Dietrich Paredes declaró que el primer concierto de esta visita a Japón sería diferente a todos los anteriores.

Sobre esta afirmación, al salir del concierto Paredes ratificó que el recital tuvo una carga emocional única y profunda. “Creo que esa energía viene de lo que acabamos de ver en la historia de la ciudad”, remarcó.

A su juicio, esa carga emocional se hizo presente en el escenario desde la interpretación de la primera pieza. “Qué obertura mejor que esta (La forza del destino) para tomar fuerzas y luchar contra las adversidades que nos presenta el destino”, apuntó.

El director afirmó que de Hiroshima se lleva mucha reflexión relacionada con la paz y mucha esperanza para las nuevas generaciones.

El director de la Orquesta Infantil de Venezuela y violista en la SJC, Jesús Parra, también se va de la ciudad nipona con una eterna reflexión. Para él el lugar donde comenzó la gira Asia 2013 es sumamente significativo y emotivo. “Todavía estoy temblando”, dijo al salir de la presentación.

Para el violista e incipiente director de solo 18 años, el hecho de ver la actitud positiva y alentadora de las ciudadanas y ciudadanos de Hiroshima cambió de alguna manera sus esquemas. Ahora piensa que “no hay tragedia más grande que seguir pesimista uno mismo y que uno mismo no pueda tener ganas brillar, ni ser alegre”, reflexionó.

POR LAS PAZ Y LA SOLIDARIDAD

Durante una reunión entre el embajador de Venezuela en Japón, Seiko Ishikawa, y representantes de Fundación Musical Simón Bolívar con el alcalde de Hiroshima, Kazumi Matsui, el director Dietrich Paredes manifestó el deseo de que el próximo 6 de agosto se conmemore el día que cayó la primera bomba atómica en el mundo con un concierto por la paz a cargo de la Orquesta Infantil de Venezuela, acompañada por una representación similar de esa ciudad nipona

En este sentido, el director ejecutivo de la Fundamusical Bolívar, Eduardo Méndez, en representación del maestro José Antonio Abreu, le informó a Matsui que Venezuela está dispuesta a colaborar en la formación de una orquesta infantil en Hiroshima, aportando la metodología que tan buenos frutos a cosechado en la cuna del Libertador.

En el encuentro, el representante diplomático de Venezuela en Japón declaró que no fue una casualidad la selección de Hiroshima como punto de partida en la gira asiática de la SJC.

Según Ishikawa, la decisión de comenzar en esa localidad se debe a “la importancia de Hiroshima como símbolo de paz y por lo que representa la ciudad como el imperativo moral que tienen todos los seres humanos de seguir luchando por un mundo de paz y de solidaridad”, declaró.

Venezuela “es un país con profundas convicciones e ideales de paz que están promulgados en su Constitución y sus leyes y también en la convicción de cada uno de sus habitantes y eso es lo que nos lleva a la embajada a estar presente todos los años en la ceremonia de paz que se hace anualmente en Hiroshima en conmemoración de la caída de la bomba (atómica)”, reiteró el embajador Seiko Ishikawa.

T/ Luis Jesús González Cova
F/ Cortesía Nohely Oliveros-Fundamusical
Hiroshima