La nave espacial rusa Soyuz MS-10, que despegó la mañana de este jueves con el cosmonauta ruso Alexéi Ovchinin y el astronauta de la NASA Nick Hague a bordo, ha tenido que regresar y aterrizar en Kazajistán por un fallo en el motor.
La compañía espacial estatal rusa Roscosmos dio a conocer el hecho a través de un comunicado oficial. Mientras la NASA en su cuenta de Twitter señaló que «están en contacto con el equipo de la aeronave Soyuz e informaron que la tripulación se encuentra bien».
Según confirman las fuentes rusas, ambos astronautas están vivos, además informaron que medios aéreos se aproximan al lugar donde se ha producido el aterrizaje de emergencia.
Cuatro helicópteros Mi-8 despegaron de aeropuertos kazajos para buscar a los dos astronautas, según informan medios militares rusos.
Los mismos medios ya han informado que la tripulación están en «buenas condiciones, teniendo en cuenta las fuerzas gravitatorias que han tenido que soportar».
El lanzamiento de la nave en el marco de la misión 57-58 se produjo a las 08.40 GMT y poco después el propulsor comenzó a fallar, por lo que la tripulación tuvo que volver a la Tierra.
Estaba previsto que la nave diese cuatro vueltas a la Tierra para acoplarse seis horas después a la EEI (Estación Espacial Internacional) para, dos horas después de su llegada, abrirse las compuertas y unirse a los tres miembros que se encuentran en la estación.
Los equipos de rescate y de búsqueda e incluso el director general de Roscosmos, Dmitry Rogozin, se aceraron al lugar del despegue y tomaron contacto con la tripulación, detalló en un comunicado.
.@NASA astronaut Nick Hague and Russian cosmonaut Alexey Ovchinin are in good condition following today’s aborted launch. I’m grateful that everyone is safe. A thorough investigation into the cause of the incident will be conducted. Full statement below: pic.twitter.com/M76yisHaKF
— Jim Bridenstine (@JimBridenstine) 11 de octubre de 2018