Esta noche la OSJC concluye su gira Europa 2014|Niñas, niños y jóvenes construyeron con notas musicales un puente entre Suecia y Venezuela

Luego de ensayar intensamente durante todo un día, el pasado domingo unas 150 niñas, niños y jóvenes de Gotemburgo, en Suecia, se unieron con integrantes de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Caracas (OSJC) para formar una agrupación binacional que ofreció un breve pero emotivo recital en el escenario del Konserthuset, sede de la sinfónica de esa ciudad escandinava, una de las más renombradas del mundo y la primera en darle la oportunidad de ser director titular, fuera de Venezuela, a Gustavo Dudamel.

El espectáculo se inició con la intervención del Ensamble de Música Venezolana de la OSJC, integrado por Brandon Sulbarán en el violín, Alirio Torrealba en las maracas, Josué Omaña en el cuatro y Mario Capodicasa en el contrabajo, mezclados con otro ensamble de jóvenes suecos armados con otro contrabajo, un cajón y una guitarra. En esta configuración interpretaron un tema tradicional sueco, acompañado con la sonoridad de una orquesta infantil formada por niñas y niños atendidos por la réplica del Sistema en Gotemburgo.

Posteriormente, sonó un popurrí de composiciones de la música tradicional venezolana que además de aplausos produjeron gracia de las niñas y los niños que estaban como espectadores en la sala, especialmente cuando Torrealba se puso a jugar con las maracas haciendo percusión con el suelo mientras interpretaban un trozo de “Apure en un viaje”, de Genaro Prieto.

Con el popurrí el público también tuvo la oportunidad de escuchar fragmentos de “Criollísima”, de Henry Martínez; “Señor Jou”, de Pablo Camacaro y “Natalia”, pero no la mundialmente conocida de Antonio Lauro sino la de Luis Laguna.

NUEVAS PROMESAS

Las niñas y los niños de Gotemburgo, la mayoría vestidos con la chaqueta decorada con los colores de la bandera venezolana, abandonaron el escenario para darle paso a la OSJC, con el maestro Dietrich Paredes al frente, para dirigir el primer movimiento del Concierto para clarinete y orquesta, de Mozart, pieza que dejó ver la destreza del solista venezolano Karim Somaza.

Luego de ese primer tema, jóvenes del Sistema, en la versión de Gotemburgo, se pusieron codo a codo con las caraqueñas y los caraqueños para interpretar el movimiento “Trepak” de la Suite El Cascanueces, de Tchaikovsky. En este momento del concierto, Paredes le dio la oportunidad de colocarse frente a la orquesta binacional a la joven promesa de la dirección, Andrés Rivas.

Paredes volvió a salir para guiar la Marcha eslava, también de Tchaikovski, para luego dejar a Rivas con la batuta en uno de los momentos más emotivos del espectáculo, cuando  otro grupo de niñas y niños (algunos de ellos con contrabajos del tamaño casi de una viola), usaron como atriles hasta los primeros asientos de la sala para colocar las partituras de la obra Myhyrhallyng, original del grupo sueco Hoven Droven, dedicado a rescatar piezas del acervo musical de su país.

Luego de un apagón de luces en todo el auditorio, las chicas y chicos de Caracas y Gotemburgo aparecieron todos con sus chaquetas de la bandera de Venezuela para poner el broche de oro a la velada con el Mambo, de Leonard Bernstein, dirigidos por otra prometedora batuta, la del violinista Jesús Uzcátegui.

En esta oportunidad, las y los músicos no lanzaron las chaquetas. De manera más elegante, cercana y delicada, bajaron y las entregaron personalmente, con preferencia a niñas, niños y adultos mayores que deseaban llevarse su chaqueta como recuerdo.

Tanto Rivas como Uzcátegui se ganaron la confianza de Dietrich Paredes en otras giras internacionales en las que el titular les ha cedido la batuta, a veces incluso de manera improvisada.

Aunque en esta ocasión estaba prevista la participación como directores de Rivas y Uzcátegui “el maestro José Antonio Abreu y también Dietrich Paredes, nos han enseñado a que siempre debemos estar preparados para poder aprovechar las oportunidades cuando se presenten”, declaró recientemente el joven Jesús Uzcátegui en una conversación con el Correo del Orinoco.

HASTA LUEGO

Esta noche está previsto que la OSJC finalice la gira Europa 2014 que comenzó el 31 de octubre en Zúrich y pasó por Hamburgo, París, Zagreb, Budapest y Viena.

Según adelantó el director ejecutivo de la Fundación Musical Simón Bolívar, Eduardo Méndez, se prepara una serie de presentaciones de agrupaciones del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Infantiles y Juveniles de Venezuela en el Viejo Continente y otras latitudes.

En primera instancia, en junio de 2015 Gustavo Dudamel volverá a dirigir en Gotemburgo, esta vez una orquesta binacional formada por niñas, niños y adolescentes del Sistema Venezuela y el Sistema Suecia.

Igualmente ya hicieron la invitación para que en el año 2017 una orquesta venezolana, que aún está por definirse, visite el escenario del Konserthuset.

LAZOS RENOVADOS

A parte de las nuevas invitaciones, esta visita del Sistema a Suecia sirvió además para renovar los convenios de cooperación con la intención de que ese país escandinavo continúe la expansión el programa social y musical creado en Venezuela hace 40 años por el maestro José Antonio Abreu.

Hasta el momento, el Sistema en Suecia tiene unos 15 núcleos, unos 10 de ellos en Gotemburgo, creados a partir de 2010 con el apoyo de Gustavo Dudamel, cuando comenzó su trabajo como director músical en la orquesta sinfónica de esa ciudad.

Actualmente, el Sistema Suecia atiende aproximadamente a 1.600 niñas y niños y tienen programado que en los próximos años se atiendan a unos 5.000, en unas 35 regiones a parte de Gotemburgo, según adelantó a medios de comunicación social venezolanos Camilla Sarner, directora general de esta iniciativa inspirada en la metodología de enseñanza musical venezolana.

EL MUNDO UNIDO POR LA MÚSICA

Con base en la filosofía del Sistema creado por el maestro José Antonio Abreu, el Sistema Suecia, con el apoyo de la Orquesta Sinfónica de Gotemburgo, se realizó el año pasado en esa ciudad un campamento internacional en el que compartieron cerca de 500 niñas y niños de todo el mundo.

Para el año próximo se han planteado la meta de unir a más de mil niños de diferentes países para que compartan y toquen juntos.

Según comentó la gerente del departamento de educación de la Sinfónica de Gotemburgo, Petra Kloovick, tienen el sueño de que en 2021 puedan integrar, por medio de la música, a unas 10.000 niñas y niños de todo el mundo.

Kloovick aspiró que el campamento internacional se convierta en el equivalente musical de la Copa Mundial Juvenil (Gothia World Youth Cup), un torneo de fútbol que se celebra también en Gotemburgo, con la finalidad de promover la integración de jóvenes sin importar su color de piel, religión o nacionalidad.

Según su página oficial, en la actividad deportiva participan, cada año, alrededor de 1.600 equipos de 80 naciones.

“En el Sistema hay mucha energía y ganas de hacer las cosas, por eso tenemos esperanzas de lograr lo que queremos hacer”, declaró Petra Kloovick.

Texto/Luis Jesús González Cova
Foto/Nohely Oliveros-Fundamusical Bolívar