Por Malú Rengifo|No formemos autómatas (Opinión)

Supe que el canal Tves comenzará a transmitir un programa al estilo de La Guerra de los Sexos, aquél donde Winston Vallenilla y Viviana Gibelli llevaban a enfrentarse a mujeres y hombres en un concurso por un poder ficticio.

Pocas cosas son tan efectivas para coartar la libertad de acción y pensamiento como la diversión fácil y barata, la que no requiere esfuerzo alguno ni genera una respuesta.

Por eso es que los sábados y domingos, mientras lavamos la ropa y nos internamos en la cocina para poder comer rica comida de casa recién hecha aunque sea una o dos veces por semana, prendemos el televisor y nos sometemos a programas de concursos o variedades, llenos de publicidad, automáticamente digeribles y atrayentes a grado tal que nos hacen olvidar que tenemos que organizarnos como colectivo, discutir el destino de nuestras comunidades, participar, estudiar, leer, salir a pasear.

Se termina el programa y no aprendimos nada, no nos cuestionamos. Si ganan mujeres u hombres, el resto del día transcurre igual: se sirve la comida, se come, se sigue lavando la ropa. No hubo una transformación, un cambio, ningún tipo de retroalimentación.

Usar la televisión de formas tan esclavizante, alienante, nos llevará solo a formar autómatas del vacío.

Invitaría al camarada Vallenilla a profundizar su condición de comunicador revolucionario, responsable de producir contenidos acordes con el legado de valores e ideas que el comandante Hugo Chávez dejó para todas y todos los soldados de la Patria.

Compatriota: no permita la transmisión de otro programa apegado a los patrones establecidos por la industria de la explotación y la competencia.

malurengifo@gmail.com

Por supuesto, no formemos autómatas. Los delegados del psuv y los cultores populares aplaudiendo la inflación a 90% y los precios de los productos multiplicados por 10, mientras el gobierno allí, en sus narices, les asegura que la economía está pujante como nunca, que ellos se tiran hasta 6 papas al día, que la harina está a 20 Bs, la carne a 45, el queso a 45, la leche a 35, los pantaloncitos del niño para la escuela a 80 y la faldita más coqueta en 90… Y no existe nadie que le cante sus cuatro verdades al gobierno ¿acaso son todos burgueses? ¿no existe nadie entre tantos que tenga que estirar el sueldito para medio sobrevivir? Es que evidentemente continuamos siendo una sociedad de autómatas. El problema no es el programita semanal de la «guerra de los sexos», no, nuestro «peo» es de sesos, de conciencia, de verdad, de valores, de moral y de ética. Si continuamosr esclavos autómatas del gobierno de turno, seguiremos jodidos.