A cargo de Manuel López|Nueva arquitectura (Opinión)

La crisis tiene como uno de sus detonadores fundamentales el problema estructural del sistema financiero mundial. Atribuir a la economía real las cada vez más frecuentes recesiones sería obviar las causas que motivaron la debacle.

La quiebra de Lehman Brothers en el año 2008 a consecuencia de las especulativas inversiones en inmuebles y la caída de los bancos europeos provocada por una situación insolvencia en 2010, causaron un impacto negativo en la economía real, de la cual todavía no se ha podido recuperar.

Esta situación ha llevado a los economistas críticos a plantear otras alternativas que han sido recogidas por gobiernos progresistas del mundo que aspiran a fundar un nuevo orden internacional.

La propuesta consiste en desarrollar relaciones económicas y de intercambio que se fundamenten en la cooperación y complementariedad, además de generar un nuevo concepto de soberanía supranacional fundamentado en satisfacer las necesidades básicas de la población como alimentación, salud, desarrollo de recursos naturales, energéticos e infraestructura.

Llevar adelante tales preceptos sería imposible con el actual estado de cosas, por lo que es necesario crear instituciones distintas a las tradicionales. Bajo este manto teórico es que se ha planteado la creación de una nueva arquitectura financiera que pueda llevar adelante tales propuestas con una contenido solidario.

La creación y puesta en marcha del Banco del Sur es un paso en esa dirección, aunque la existencia de estas instituciones no se puede confundir con la existencia de una nueva arquitectura financiera. Porque esta tiene un fundamento estructural, distinto a los dictámenes de los viejos organismos multilaterales.

Texto/ Manuel López
manueltodosadentro@yahoo.es
Caracas