Walter Ortiz | Nuevas circunstancias (Opinión)

Por allá en 2007, el comandante Hugo Chávez, en ejercicio de sus facultades, declaró una amnistía para todos aquellos quienes habían participado en el proceso conspirativo, que culminaron en el golpe de Estado de 2002 y el sabotaje petrolero 2002–2003, en contra de Venezuela, entendiendo que había llegado el momento de dar una segunda oportunidad a ciertos factores de la vida política nacional.

Esto lo llevó a cabo el comandante Chávez, exceptuando aquellos casos cuyas acciones implicaron violaciones a los derechos humanos y crímenes de lesa humanidad, como sucedió, por ejemplo, en el caso de la actuación policial contra el pueblo en Puente Llaguno. Con esta amnistía la oposición parecía ganada al respeto pleno de lo dispuesto en la Constitución Nacional.

Todo este proceso de encarrilamiento de la oposición, por parte de las fuerzas revolucionarias y bolivarianas, tuvo que pasar por varios hitos: una importante victoria electoral en las elecciones de gobernadores y alcaldes de 2008 (donde la oposición obtuvo espacios importantes de elección popular); una enmienda a la Constitución en 2009; la victoria bolivariana en las elecciones parlamentarias 2010 y dos nuevas derrotas a la oposición en 2012, ratificando a Chávez en la Presidencia de la República y obteniendo mayoría contundente en las gobernaciones.

Sin embargo, con el fallecimiento del comandante Chávez y a partir del 14 de abril de 2014, con la venia y planificación del Gobierno de Estados Unidos, la oposición ha vuelto a tomar con mayor fuerza el camino de la salida antidemocrática, el atajo, la violencia, esperando que sus amos del Norte y lacayos regionales y europeos los respalden con cualquier tipo de acción, sin que importe para nada la estabilidad y la paz del país; sin pensar el umbral que pueden estar cruzando.

El manifiesto golpista del 11 de febrero (emulador del documento “bases para un acuerdo democrático” suscrito por Fedecámaras, la CTV y la Iglesia el 6 de marzo de 2002), donde aparece involucrado Antonio Ledezma, apenas es el principio de todo un entramado neoliberal y fascista, que en este documento se ha convertido en acciones concretas para dar al traste con un Gobierno Nacional al que han descrito en “fase terminal”.

La decisión del Gobierno de Estados Unidos es definitiva. Caminaremos otra vez por momentos difíciles como en 2002, 2003 y 2004.

En este escenario resulta excelente decisión del Estado la de combatir a los golpistas. Si tal acción quiere tener éxito hay que seguir avanzando en extirpar al fascismo. Comiendo flores y dialogando con quienes quieren matarnos no se garantiza el poder ni la paz para el pueblo, cuyo papel es respaldar estas acciones hasta sus últimas consecuencias. El diálogo tendrá su momento y actores, pero este no parece ser el mejor momento.

T/ Walter Ortiz

Sr. walter, estoy de acuerdo contigo, pero creo que todos los venezolana(o)s debemos escribir una idea de como abatir a los enemigos del pueblo Vzlano, por ejemplo hacer denuncias por casos anormales que vea en su comunidad, por ejemplo escase de gas, tambien hay que exigirle al gobierno que expropie a los mercenarios economicos, que nos estan hambreando a todos los niveles y solo le imponen multas, que con lo robado al pueblo, las pagan cagados de las risas de nuestras leyes, en vez de expropiarles sus bienes totales,pues son malhabidos y si son extrajeros expulsarlos del pais por sus crimenes y veran que ningun estrajeros se atreve a pisotear al noble pueblo de Bolivar Y Chavez y en cuanto a los ladrones criollos 30 años de prision expropiacion de bienes y anular licencias de por vida, para cualquier actividad economica dentro de nuestro pais. asi se acaba la guachafita que hay en el comercio. Bolivar dijo » a cada perdon le sigue otra traicion» NO aprendemos de BOLIVAR NI CHAVEZ.