El gobierno de Barack Obama se niega a discutir los informes que surgieron el jueves en la mañana alegando que la Casa Blanca está considerando la imposición de sanciones a Israel por continuar la construcción de viviendas judías en Jerusalén.
La vocera del Departamento de Estado, Marie Harf, esquivó varias preguntas el jueves cuando fue enfrentada con los informes de que el gobierno había celebrado reuniones internas secretas para discutir la adopción de medidas contra Israel por su continua construcción de asentamientos en el Este de Jerusalén.
Las reuniones secretas se realizaron hace varias semanas e incluían a funcionarios tanto del Departamento de Estado como de la Casa Blanca, según el diario israelí Haaretz, que fue el primer medio que informó sobre las reuniones.
La posibilidad de sancionar a Israel por su continua construcción envía una señal de que el gobierno de Obama está dispuesto a ir más allá en sus denuncias contra Israel que cualquier anterior administración de la Casa Blanca.
La discusión sobre la imposición de sanciones a Israel comenzó luego de la reunión de octubre del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu en la Casa Blanca y la posterior batalla entre Washington y Jerusalén sobre la construcción de asentamientos.
Un alto asesor del Congreso de Estados Unidos que trabaja en el tema de Israel expresó su sorpresa de que la Casa Blanca podría incluso discutir dicha acción.
“Si estos informes son ciertos, esto marcaría una nueva era de hostilidad sin precedentes de la Casa Blanca en contra de nuestro aliado más fuerte en el Medio Oriente”, dijo la fuente. “Es imposible no darse cuenta de la ironía del gobierno considerando sanciones contra Israel mientras amenaza con vetar nuevas sanciones contra Irán”.
El asesor añadió: “El presidente debe ser advertido de que tomar tal acción en contra de Israel produciría un tremendo retroceso del Congreso”.