Proyecto Censurado 2011 (XIII)|Obama reduce programas sociales y aumenta el gasto militar

El Mandatario justificó la invasión

La decisión del presidente Barack Obama de aumentar el gasto militar este año y en el futuro dará lugar al dispendio castrense administrativo más grande desde la Segunda Guerra Mundial.

Esta decisión de acrecentar el presupuesto militar se está tomando a despecho de continuas pruebas de dilapidación extrema, fraude, abuso e incremento del bienestar corporativo de los propios uniformados. Al mismo tiempo, serán congelados los gastos en programas nacionales de “no-seguridad”, tales como educación, nutrición, energía y transporte, dando por resultado cortes inflacionistas en los servicios esenciales para el público de Estados Unidos durante los próximos años.

Estos programas nacionales constituyen sólo 17% del gasto federal total, pero sufrirán todos los recortes presupuestarios. Jo Comerford, director ejecutivo de Proyectos de Prioridad Nacional, dijo: “La oferta (de Obama) encapsula el gasto de no-seguridad en 447 mil millones de dólares para cada uno de los tres ejercicios económicos anuales próximos. Durante ese tiempo, la inflación erosionará el poder adquisitivo del total de esa previsión presupuestaria y requerirá recortes (presupuestarios) en los servicios durante cada año sucesivo”. Las consecuencias de recortar el gasto doméstico darán lugar, a futuro, a un mayor aumento en la brecha entre ricos y pobres.

MÁS EN ARMAS

En contraste, el presupuesto militar asciende a un áspero 55% del gasto discrecional del año fiscal y aumentará aún más el próximo año. De acuerdo con las proyecciones de la Oficina de Administración y Presupuesto, el presupuesto militar aumentará en 522 mil millones adicionales durante la próxima década. Tom Engelhardt señaló en TomDispatch.com: “Ésta es una realidad americana: el Pentágono es nuestro verdadero estado del bienestar, los fabricantes de armas son nuestras reales “reinas del bienestar” y nunca detenemos su manera de trasvasar el dinero”.

Hay un despilfarro enorme, ampliamente generalizado, con fraude y vastos abusos del Pentágono y de los contratistas militares, que dan por resultado mayor bienestar para los ricos. William Astore, un teniente coronel jubilado (aviación), concluyó: “Cuando llegan a nuestra nación los escándalos militares, la ignorancia –que es notable– no es la dicha; dado el estado de guerra permanente en que nos encontramos, ahora (la cuestión) es cuánto parecen de contentos los norteamericanos por no saber”. El público nunca oye hablar del gasto en guerra en los grandes medios corporativos y cuáles son realmente todos los costos. Varios ejemplos ilustran el grado de abuso al contribuyente:

• Sólo a un futuro sistema de armas se le estima ahora un costo para el contribuyente estadounidense que es casi la mitad de lo que se espera que cueste el plan de atención sanitaria de la administración Obama durante una década. Originalmente se esperaba que un avión F-35 costara 50 millones de dólares, pero el costo estimado hoy es de 113 millones. La infantería de marina, la fuerza aérea y la marina de guerra planean comprar 2.450 unidades combinadas de F-35s, que costarían más de 323 mil millones de dólares (Engelhardt).

• Una reciente audiencia de la Comisión (federal) sobre Contratos en Tiempo de Guerra en Irak y Afganistán lanzó un informe de 111 páginas acerca de sus “investigaciones iniciales sobre la exagerada confianza de la nación en los contratistas”. De acuerdo con lo expresado en la audiencia: “Más de 240.000 empleados de contratistas –entre ellos, cerca de 80% de extranjeros– están trabajando en Irak y Afganistán para apoyar operaciones y proyectos militares de EEUU, del Departamento de Estado y de la Agencia de EEUU para el Desarrollo Internacional (USAID). La cantidad de empleados de las empresas contratistas excede el número de las tropas de EEUU en la región. Mientras los contratistas proporcionan servicios vitales, la Comisión cree que su uso también ha exigido miles de millones de dólares perdidos en despilfarro, fraude y abusos debidos a planeamiento inadecuado, elaboración de contratos pobres, competencia limitada, fallas de descuido en las funciones del personal y otros problemas”.

Jeremy Scahill (RebelReports) observó que mientras encargan a la comisión de tiempo de guerra revelar el alcance de la corrupción, ésta incluye a miembros que son favorables a la guerra o que han trabajado para importantes contratistas de guerra.

• Según la autora Kathy Kelly, quien escribió el libro Tough Minds, Tender Hearst (Mentes Duras, Corazones Blandos), “el gobierno de EEUU dedica recursos voluminosos y mucha sofisticación para matar en Afganistán. Con muy poco que pase, realizar esas políticas está creando cólera… Un soldado de EEUU con sus botas en tierra de Afganistán cuesta cerca de 1 millón de dólares al año. Imagínense qué cosas buenas podrían hacerse con ese dinero para ayudar a la gente afgana. Un gobernador en Afganistán gana cerca de 1.000 dólares por año” (Husseini, Zupan).

"El Gobierno de EEUU dedica recursos voluminosos y mucha sofisticación para matar en Afganistán"

REINFLAR EL PENTÁGONO

El presidente Obama está continuando el proceso de reinflar el Pentágono que comenzó a finales de 1998, exactamente tres años antes de los ataques del 11 de septiembre. El aumento de gastos en defensa nacional es tan grande desde 1998 como en las dos eras juntas de Kennedy-Johnson (43%) y los aumentos de Reagan (57%). Desde 1998 –que es cuando terminó el despilfarro en defensa por la declinación post Guerra Fría– han entregado al departamento de Defensa cerca de 7,2 billones de dólares. El gasto actual sobrepasa el máximo gastado en los años de la guerra de Vietnam y en la era Reagan: los planes del Pentágono son para quedarse en ese nivel.

Para justificar el aumento radical del actual gasto militar, en comparación con la Guerra Fría y la Segunda Guerra Mundial, se han invocado las guerras en Irak y Afganistán. Sin embargo, incluso si las guerras de hoy se sacaran del cuadro, todavía existe un aumento de 54% desde 1998.

Las innumerables audiencias públicas llevadas a cabo el año pasado para abordar la reforma de la atención sanitaria, fueron noticias constantes y motivo de discusión del público, las corporaciones involucradas, los medios y el Congreso, que continuaron durante meses. El programa de atención sanitaria costará en 10 años tanto como cuestan en un año la defensa y la seguridad interior. Con todo, los presupuestos de defensa consiguen ser aprobados cada año sin un solo “mitin del Ayuntamiento”, sin ninguna cobertura de los medios y, virtualmente, sin ninguna discusión en el Congreso.

El contribuyente, forzado a pagar cerca de un billón de dólares anuales para financiar el militarismo, la infraestructura de seguridad interior y las guerras, sigue siendo ignorante de los costos reales. Las razones de la falta de conocimiento público sobre el gasto militar son varias, e incluyen: ausencia de cobertura del conjunto de los medios corporativos; grandes medios que emplean a oficiales jubilados del ejército como “analistas” y “expertos”, que así presentan solamente un lado del asunto; el respeto inculcado a los civiles por los jefes militares (“déjenlo a los expertos de uniforme”); secreto y “presupuestos negros” que oscurecen el gasto militar. Entre las cuestiones sobre los militares de EEUU que aborda William J. Astore (TomDispatch.com), surge una pregunta clave: ¿Por qué los militares son inmunes al doloroso ajuste presupuestario a que hace frente el resto de EEUU?

Astore concluyó: “Es verdad que el mundo es un lugar peligroso. El problema es que el Pentágono forma parte de ese peligro. Nuestro militarismo ha crecido así de fuerte y así domina a nuestro gobierno, incluyendo a su política exterior e incluso aspectos de nuestra cultura, pues no existe contrapeso eficaz a su encerrado estilo de pensamiento centrado en el conflicto”. Esta dominación está costándole a EEUU enormes sumas de dinero público, es la principal contribución a la crisis económica y ahora, y en el futuro, continuará erosionando desesperadamente los necesarios programas de gasto social público.

T/ Tom Englehardt y William J. Astore (TomDispatch.com), Sam Husseini y David Zupan (Common Dreams) y Jeremy Scahill (RebelReports)
Traducción: Ernesto Carmona

EL PRESIDENTE PIDIÓ $708 MIL MILLONES PARA 2011

Por su interés periodístico, el Correo del Orinoco reproduce la reseña que hizo el corresponsal del diario mexicano la Jornada, David Brooks, el pasado 1 de febrero.

“Para el gobierno de Barack Obama el mundo es cada vez más peligroso, y por lo tanto presentó la solicitud de gasto militar anual más grande de la historia, de unos 708 mil millones de dólares para 2011, a la vez que el Departamento de Defensa emitió su revisión cuatrianual, cuyo enfoque es sobre nuevas amenazas supranacionales, China e India como superpotencias emergentes y la lucha contra el terrorismo y la contrainsurgencia como misiones militares centrales. En breve referencia a México y América Latina, el Pentágono sólo afirma que continuará la cooperación militar con presencia estadounidense limitada en el hemisferio”.

“Por primera vez en este informe cuatrianual sobre las prioridades militares-estratégicas se incluye una amplia sección acerca del cambio climático y sus potenciales consecuencias geopolíticas”.

“Robert Gates, secretario de Defensa, declaró a reporteros que al desarrollar estrategias militares se debe tomar en cuenta que se enfrenta un mundo donde las amenazas más probables y letales emanarán de estados fracasados o fracturados. Gates y los jefes del estado mayor enfatizaron que hay una gama de nuevos desafíos que van más allá de los marcos tradicionales. De hecho, elevaron el universo del ciberespacio como un nuevo terreno de conflicto”.

“La Revisión Cuatrianual de Defensa (QDR, por sus siglas en inglés), presentada al Congreso por el Departamento de Defensa, es un ejercicio que enmarca opciones estratégicas generales e identifica las prioridades a mediano plazo. Hoy fue empleada para justificar los gastos militares; identifica como misiones centrales de las fuerzas armadas la defensa de la nación, lograr éxito en operaciones de contrainsurgencia, estabilidad y antiterrorismo, construir la capacidad de seguridad de naciones socias, derrotar agresiones en ambientes difíciles, prevenir la proliferación de armas de destrucción masiva y operar de manera efectiva en el ciberespacio”.

“El QDR afirma que los intereses y el papel de Estados Unidos en el mundo requiere de fuerzas armadas con capacidades inigualables y la voluntad de la nación para emplearlas en la defensa de nuestros intereses y del bien común. Estados Unidos permanece como la única nación capaz de proyectar y sostener operaciones de gran escala a través de vastas distancias. Esta posición única genera una obligación de ser administradores responsables del poder e influencia que la historia, la determinación y la circunstancia han otorgado”.

“El Departamento de Defensa sostiene que en este siglo, como en el pasado, Estados Unidos se ha esforzado por proteger a nuestro pueblo, promover la estabilidad en regiones claves, otorgar asistencia a naciones necesitadas y promover el bien común”.

“A la vez, señala que ha cambiado el panorama estratégico: El surgimiento de nuevos poderes, la creciente influencia de actores no estatales, la difusión de armas de destrucción masiva y otras tecnologías destructivas, y una serie de tendencias constantes y emergentes presentan desafíos profundos al orden internacional. Afirma que la distribución del poder político, económico y militar global es cada vez más difusa, al señalar el surgimiento de China e India, y de actores no estatales cada vez con más acceso, por la globalización, a tecnología más peligrosa”.

“Ante todo esto, los estrategas tienen que poder planear tanto para conflictos tradicionales como para enfrentar las nuevas amenazas. Por lo tanto el QDR identifica el éxito en contrainsurgencia junto con la lucha antiterrorista como uno de los ejes centrales de la estrategia militar. Estados Unidos tiene que retener la capacidad de conducir operaciones de contrainsurgencia, estabilidad y antiterrorismo de gran escala en una amplia gama de ambientes, afirma. Así, en el presupuesto se plantea un incremento de 6 por ciento para fuerzas de operaciones especiales, por un total de 6.3 mil millones, y un incremento de 2 mil 800 soldados”.

AMÉRICA LATINA

“Según el QDR, el objetivo estratégico es trabajar hacia un hemisferio occidental seguro y democrático al desarrollar relaciones de defensa regionales que abordan amenazas domésticas y transnacionales como organizaciones narcoterroristas, tráfico ilícito y disturbio social”.

“Pero para ello no se requiere de una presencia militar amplia, sino que se mantendrá una presencia limitada mientras buscamos mejorar relaciones con estados regionales y sus militares en promover nuestros objetivos comunes de seguridad hemisférica”.

“Por otro lado, se afirma que “continuaremos trabajando de cerca con México para mejorar nuestra forma cooperativa de abordar la seguridad fronteriza, la mejora de la capacidad de defensa u operaciones coordinadas…” A la vez, subraya el compromiso estadounidense de fortalecer la relación con Brasil en toda la gama de asuntos regionales como los de seguridad global”.

CAMBIO CLIMÁTICO , ¿ALIADO O ENEMIGO ?

“Se identifica el cambio climático como un nuevo factor militar estratégico, al señalar que el cambio climático podría tener impactos geopolíticos significativos en el mundo, contribuyendo a la pobreza, la degradación ambiental, y mayor debilitamiento de gobiernos frágiles, como también empeorará la escasez de alimentos y agua, se incrementará la dispersión de enfermedades y se podría promover la migración masiva, alerta, citando fuentes de inteligencia. “Mientras que el cambio climático por sí solo no causa conflicto, podría actuar como acelerador de la inestabilidad o conflicto…”

“Al parecer, defenderse ante tanta amenaza es cada vez más caro. Los 708 mil millones en la propuesta de Obama para gasto militar, incluidos 159 mil millones para las misiones bélicas en Irak, Afganistán y Pakistán, provocan críticas, ya que no sólo constituye un nuevo récord, sino se presenta en momentos de crisis, cuando otros programas federales tendrán que ser sacrificados. Todo esto aún tendrá que ser ratificado por el Congreso (el cual podría elevar aún más la suma total)”.

Nota para archivar