El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, pidió un alto al fuego inmediato en el Líbano y reiteró que todo el sistema de la ONU en el país está movilizado para ayudar a las personas necesitadas, informó el portavoz, Stéphane Dujarric.
El conflicto, arroja por el momento mil muertos y 6000 heridos, además de causar el desplazamiento de más de un millón de personas, según cifras publicadas por el organismo multinacional.
Israel inició este martes una invasión terrestre al sur de Líbano, cruzando la Línea Azul -que marca la separación entre ambos países y que la ONU patrulla-, asegurando que se trata de una operación “limitada, localizada y selectiva”.
En este escenario, Guterrez expresó gran preocupación por la escalada del conflicto: “Debe evitarse a toda costa una guerra total en el Líbano y deben respetarse la soberanía y la integridad territorial del país”.
Guterres habló esta mañana con el primer ministro del Líbano, Najib Mikati, para reafirmarle que el sistema de las Naciones Unidas está movilizado para ayudar a todos los necesitados en el país.
El Secretario General seguirá manteniendo contactos y sus representantes sobre el terreno también seguirán esforzándose por reducir la escalada de la situación.
El caos impera en Líbano
Mientras el conflicto crece, las agencias de socorro de la ONU solicitaron 426 millones de dólares para brindar ayuda humanitaria de emergencia a cerca de un millón de los desplazados. En ese sentido, Guterres urgió a la comunidad internacional a apoyar el llamamiento lanzado en Beirut.
El portavoz de la Oficina de Asuntos Humanitarios (OCHA), Jens Laerk, dijo en conferencia de prensa que no disponen de suficientes suministros ni capacidad de ayudar.
«Necesitamos esta inyección adicional de fondos para adquirir insumos y aumentar la respuesta que no está donde debería estar, porque, como siempre, estamos corriendo detrás de los hechos”, declaró.
Por su parte, la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en Líbano (UNIFIL), una misión que cuenta con 10.500 efectivos de mantenimiento de la paz de 50 países que aportan tropas y lleva a cabo unas 14.500 actividades al mes, señaló que el cruce israelí hacia el Líbano “constituye una violación de la soberanía y la integridad territorial libanesas, y una violación de la resolución 1701” del Consejo de Seguridad, adoptada en 2006 para detener la guerra entre Israel y Hezbolá.
Advirtió al mismo tiempo que la escalada sólo conducirá a más violencia y más derramamiento de sangre y conminando a las partes a un alto el fuego.
La Oficina de Derechos Humanos de la ONU también alertó de que la ampliación de las hostilidades en Oriente Medio puede sumir a toda la región en una catástrofe humanitaria y de las garantías fundamentales.
“Las perspectivas de que la situación se deteriore aún más y tenga consecuencias terribles para los civiles, y de que se extienda rápidamente y abarque a otros Estados de la región son reales”, recalcó Liz Throssell, portavoz del Alto Comisionado para los Derechos Humanos.
Campaña genocida contra el pueblo palestino
Un grupo de más de 30 expertos en derechos humanos se pronunció en el mismo tono de alarma, advirtiendo de los riesgos que la escalada se convierta en una “catástrofe humanitaria y geopolítica”.
En una declaración conjunta citaron las cifras de las autoridades libanesas que indican que más de 1600 personas han muerto desde que empezaron los bombardeos israelíes en octubre de 2023, cuando comenzó la guerra en Gaza tras el ataque liderado por Hamas en el sur de Israel el día 7.
“La escalada y expansión de los ataques contra civiles, que ahora vemos en Líbano, se suma a una campaña genocida contra el pueblo palestino, especialmente en Gaza, que hemos condenado durante meses”, afirmaron.