La oposición nunca ha querido reconocer toda la política criminal que desarrollaron el 12 de abril del 2002 contra la soberanía popular, y asumen la detestable matriz de que hay golpes buenos y golpes malos, expresó este miércoles la diputada al Parlamento Latinoamericano (Parlatino), Marelis Pérez, durante el programa matutino Despertó Venezuela de Venezolana de Televisión.
Durante una emisión especial para recordar el golpe de Estado y posterior victoria popular de abril del 2002, Pérez se refirió a la postura adoptada por el diputado William Ojeda durante la jornada de este martes en la Asamblea Nacional (AN), donde señaló “que se deben condenar los golpes de Estado en general”.
“No hay punto de comparación entre los sucesos históricos de febrero de 1989 y los de abril del 2002”, manifestó la diputada.
Opinó que lo ocurrido el 4 de febrero de 1992, fue un levantamiento militar, y no un golpe de Estado.
Explicó que ésa fue una rebelión de la juventud frente a la represión masiva y terrible del gobierno de Carlos Andrés Pérez en el “Caracazo”, el 27, 28 y 29 de febrero de 1989 contra los venezolanos. “Ese fue un genocidio en el área metropolitana, donde los militares salieron a expresar su repudio en el marco de una insurgencia que el pueblo tenía que apoyar”, expresó.
“El presidente Chávez salió a la calle a protestar contra un gobierno que había cometido un genocidio, a protestar contra el paquete neoliberal y la miseria que se venía encima por el alza de los precios de la gasolina y los alimentos básicos”, dijo Marelis Pérez.
Por su parte, Luis Fernández, uno de los muchos protagonistas anónimos que defendieron la democracia el 12 y 13 de abril, describió cómo funcionó la unión cívico militar para restituir al poder al Presidente Chávez y señaló que el pueblo se convocó solo.
Puso como ejemplo a la comunidad del 23 de enero, ubicada en la parroquia Sucre del municipio Libertador, quienes el 12 de abril se encontraban “en el limbo” por el silencio informativo asumido por los medios de comunicación privados. Sólo supieron que el Presidente no había renunciado y estaba secuestrado, por lo que comenzaron a convocar al pueblo con esa verdad, añadió.
“Comenzamos a reunirnos y cuando llegamos a la redoma la Silsa, ya éramos como 3 mil personas. Allí nos organizamos y preparamos las acciones que tomaríamos al día siguiente”, explicó.
Fernández agregó que durante la represión él mismo recogió más de 4 muertos en la esquina de Bolero con tiros en la cabeza. «Y aún hay gente que dice que no hubo muertos, refirió.
Finalmente, declaró que en la esquina de Castillito, cerca de puente Llaguno, hubo una emboscada de la Policía Metropolitana que los arremetió a tiros a quienes allí se encontraban.