Tras la masacre en una escuela del estado nororiental de Connecticut, Estados Unidos, que se cobró la vida de 20 niños y 6 adultos, una oleada de ciudadanos estadounidenses comienza una lucha para conseguir la restricción de la venta de armas en una difícil carrera contra los opositores y los lobbies que se benefician de esta situación.
La sede de la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés), en el Capitolio de Washington, fue el lunes escenario de las protestas de decenas de personas a favor del control de la circulación de armas en el país.
Los manifestantes portaban carteles en los que se leía consignas como “los maestros se enfrentan a hombres armados, pero el Congreso no se enfrentará a la NRA”, reseñó el sitio web de noticias Hispan.TV.
Ahora muchas entidades, junto al pueblo norteamericano, piden al Gobierno tratar urgentemente la cuestión del control de armas.
En este sentido, un responsable de la Casa Blanca informó de que la sección de la página Web presidencial denominada “Nosotros, el pueblo”, por medio de la cual la Administración debe responder a toda demanda popular que cuente con el apoyo de al menos 25 mil personas (recolectadas en 30 días), ha llegado a recibir el récord de casi 160 mil firmas para que el control de armas en país sea tratado en el Congreso mediante “la introducción de un proyecto de ley”.
Sin embargo, este asunto no parece muy simple de resolver, ya que una mayoría de altos cargos estadounidenses, como el exsecretario de Educación de Estados Unidos Bill Bennett; el legislador republicano de Florida Dennis Baxley y el representante republicano por Oklahoma Mark McCullough, son partidarios de armar a las escuelas, es decir, eliminar la prohibición de portar armas en las escuelas para que los maestros puedan “defenderse”.
A su vez, el portavoz de la presidencia de Estados Unidos, Jay Carney, anunció el lunes que la Casa Blanca aún no tiene una agenda concreta para revisar la posesión de armas de los ciudadanos.
Una de las primeras “iniciativas” para impedir nuevas tragedias a causa de la libre portación de armas, la cadena de supermercados ‘Wal-Mart’, una de las mayores vendedoras de armas en el país, ha cancelado la venta de rifle de asalto semiautomática ‘Bushmaster M4A3 Patrolman’, por ser un modelo similar al que se usó en la masacre de la escuela Sandy Hook de Newtown (Connecticut).
El pasado viernes, en la escuela primaria de Sandy Hook, un joven se quitó la vida después de matar a tiros a 26 personas, 20 de ellas niños de entre 5 y 10 años.
No se trata de la primera vez que el pueblo norteamericano es testigo de semejante barbaridad; aun así, durante el primer mandato del presidente estadounidense, Barack Obama, no se ha aprobado ninguna medida ni ley para limitar la posesión de armas, a pesar de las promesas del mandatario durante su campaña electoral de 2008.