El Papa Benedicto XVI dio inicio este domingo a los ritos de la Semana Santa con la llamada procesión de las Palmas del Domingo de Ramos, que representa para los católicos la entrada de Jesús en Jerusalén, y que se celebró en la Plaza de San Pedro.
Para la ceremonia se colocaron en la Plaza de San Pedro trece olivos seculares y se distribuyeron cerca 200.000 palmas entre los cerca 60.000 fieles que acudieron hoy a la ceremonia, según datos proporcionados por el Vaticano.
El Sumo Pontífice llegó al altar en un vehículo blanco descapotable (Papamóvil) y acompañado a pie por una procesión formada por cardenales, obispos y fieles que llevaban las ramas de olivo.
Ataviado con prendas litúrgicas rojas (símbolo de la vida), el Papa bendijo los ramos de los asistentes a la misa, compuestos en su mayoría por miles de jóvenes, pues el domingo de Ramos coincide con la «jornada mundial de la juventud» celebrada por los católicos del mundo entero en cada diócesis.
Esta jornada precede, según los evangelios cristianos, la detención, crucifixión y resurrección de Jesús.