El papa Francisco se despidió hoy del pueblo boliviano dejando mensajes de amor, paz e integración durante la visita que le trajo al país desde el pasado 8 de julio.
En su viaje hacia la terminal aérea Internacional de Viru Viru, el Papa fue despedido por miles de bolivianos que bordearon las calles para saludarlo, y ratificarle su cariño, admiración y respeto.
A su llegada al aeropuerto fue recibido por cientos de personas que le arrojaron flores a su paso como muestra de amor y respeto.
Antes de abordar el avión que le trasladará hacia Paraguay, Francisco fue despedido por el presidente Evo Morales, quien le transmitió el afecto del pueblo boliviano y deseó un pronto regreso.
La última jornada del Sumo Pontífice aquí, dio inicio con su visita al centro penitenciario de Palmasola, donde esparció un mensaje de fe y esperanza a los reclusos y familiares allí presentes.
Reconoció allí ante cientos de personas congregadas en una plazoleta habilitada para la ocasión, ser un hombre perdonado, porque también como todo ser humano cometió errores.
Quiero decirles que quien está al frente de ustedes es un hombre que fue perdonado por sus errores, es así como me presento, y, lo poco que tengo se lo voy a dar, la misericordia de Cristo, expresó Su Santidad al auditorio.
Francisco reiteró que en estos momentos es cuando más los reclusos tienen que recibir el amor, el apoyo y la comprensión de la familia, porque el amor que nació en el seno familiar, es un amor activo, real, un amor que sana, perdona, levanta, cura y devuelve dignidad.
Dentro del centro penitenciario, la acción pastoral de Francisco se hizo aún más importante al recorrer los pabellones de control, el micro hospital, hasta llegar a la cancha deportiva, donde compartió bien de cerca con los internos del penal.
Posteriormente el Santo Padre se reunió con los obispos del país en la iglesia parroquial de La Santa Cruz, antes de tomar el avión de Alitalia que lo trasladará hacia Paraguay, última parada de su gira por Latinoamérica que comprendió además una visita de cuatro días a Ecuador.
Durante su estancia en Bolivia, Francisco se pronunció en varias oportunidades por la necesidad de cuidar y conservar la madre tierra, para recibir de ella el fruto que permita erradicar el hambre y la miseria.
Reiteró también que se debe dejar el individualismo y compartir lo poco que se tiene, las riquezas, el pan, el amor y exigió al mundo poner fin a la exclusión de los pobres.
Su Santidad abogó por que cada niño y niña tengan derecho pleno a la educación, a practicar deportes, para que no se vean tentados a caer en el vicio, al consumo de drogas y mucho menos para que sean objeto de la trata y tráfico de personas.
Francisco recomendó a los bolivianos no olvidar sus raíces, defender su cultura, sus distintas lenguas, amar al prójimo, incluir y no excluir, trabajar juntos por el bien común y de la sociedad.
Igualmente hizo un llamado al diálogo entre aquellas naciones que tienen diferencias e instó a reflexionar y buscar soluciones por la vía pacífica, al referirse muy sutilmente, al centenario conflicto que tienen Chile y Bolivia por una salida soberana de éste último país al Océano Pacífico.
Francisco pidió perdón, no solo por las ofensas de la propia Iglesia, sino también por los crímenes cometidos contra los pueblos originarios durante la llamada conquista de América.
El Santo Padre inició la gira latinoamericana el pasado 5 de julio en Ecuador, luego se trasladó a Bolivia y ahora viaja hacia Paraguay, dónde terminará su segunda visita a Latinoamérica, desde que se convirtió en el Papa 266 de la Iglesia Católica.