El periodista y politólogo Miguel Pérez Pirela reflexionó sobre las connotaciones éticas neoliberales que envuelve el «paquetazo» económico que plantea la derecha en el programa de gobierno del candidato presidencial Henrique Capriles Radonski, así como su cercanía a las políticas que en la Cuarta República originaron las rebeliones populares de la década de los 90.
«El paquetazo antes de ser un tema político es un tema de la llamada ética neoliberal que fundamenta al individuo como un valor máximo, lo que promueve un individualismo que lleva a una guerra civil. Plantean pasar la autonomía del individuo, que es lo que alimenta el socialismo, a un individualismo que somete a las mayorías a regímenes capitalistas», dijo, durante el programa Debate Socialista, transmitido por Venezolana de Televisión (VTV).
En ese contexto, agregó: «El valor fundamental del socialismo en materia ética es: El ‘nosotros’. El del neoliberalismo: Es el ‘yo’. La cosa es que un ‘yo’ desprovisto del ‘nosotros’ es un suicidio».
CASO CALDERA-CAPRILES
Pérez Pirela recordó el caso del diputado de Primero Justicia, Juan Carlos Caldera, quien es investigado por supuestos hechos de corrupción para el financiamiento ilícito de la campaña de Capriles, y explicó que todo ese proceso de individualismo y corrupción son procesos históricos de la cuarta República que la oposición ha heredado y ha tratado de implementar en la actualidad.
«Caldera se colocó en el rol pasivo de la víctima. Eso no es nuevo, las frases paradigmáticas en la historia venezolana son de Jaime Lusinchi que una vez dijo: ‘Me engañaron’, y Carlos Andrés Pérez (CAP) cuando dijo que hubiera preferido otra muerte política», expresó.
Seguidamente completó: «CAP no asumió que lo suyo fue un suicidio político. Lo del Caracazo, el paquete del Fondo Monetario internacional, los actos de corrupción por malversación de fondos en los cuales lo agarró la justicia venezolana. Se puso en rol pasivo, y eso es lo que está haciendo la derecha de ahora».
Destacó, que existe una continuidad entre la antiética y los antivalores que se implantaron en la cuarta República, la cual ha sido puesta de manifiesto por Capriles cuando «se lavó las manos en menos de 20 minutos sobre el caso Caldera», dijo.