El Partido Socialista Brasileño (PSB) decidió este miércoles retirar el apoyo a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff para las elecciones presidenciales del próximo año tras una reunión de la dirección nacional en la que acordaron ir con un candidato propio.
Esta decisión también representa la entrega de los cargos que han sido ocupados por la dirigencia del partido. El anuncio fue hecho por el presidente del PSB y gobernador del estado de Pernambuco (nororiente), Eduardo Campos, quien declaró que la decisión ya le fue comunicada de manera oficial a la mandataria.
Luego de sostener una reunión de 40 minutos con la presidenta Rousseff, quien aspira a la reelección en la próxima contienda, Campos dijo «estamos dejando el Gobierno y entregando los cargos que ocupamos para discutir libremente sobre el futuro de Brasil».
La decisión de entregar los cargos implicaría la salida de los ministros de Integración Nacional, Fernando Bezerra, y de la Secretaría Especial de Puertos, José Leonidas Cristino, quienes aún no han dimitido de forma oficial.
También aclaró que esa decisión no significa que el PSB pase a formar parte de la oposición brasileña, sino que más bien continuará «defendiendo los logros» del Gobierno de Rousseff, de los que se podría incluso valer en la campaña electoral del año próximo.
«Mostraremos que las cosas se hicieron bien, pero también que se pueden hacer mucho mejor», dijo Campos, quien perfila ser el candidato líder del PSB para la próxima contienda.
Es importante acotar, que el PSB además de tener a los ministros en el Gabinete de Rousseff, también cuenta con 27 de los 513 diputados y 4 de los 81 senadores, por lo que la decisión de abandonar el Gobierno y dejar los cargos, también abarcaría la baja en las filas de la base parlamentaria oficialista.
Encuestas recientes señalan que Campos cuenta con una intención de voto para las presidenciales de 2014 que no pasa del 6 por ciento.
Sin embargo, la popularidad de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, aumentó luego de haber perdido parte de su aceptación tras las protestas sociales que se desataron en el mes de junio, según un nuevo sondeo realizado por la Confederación Nacional de Transportes (CNT).
La aceptación del Gobierno ha llegado a 58 por ciento, tras el derrumbe de su aprobación en junio, luego de multitudinarias protestas callejeras en reclamo de mejores servicios públicos, contra la corrupción y el millonario gasto público en los estadios para el Mundial de fútbol de 2014
Brasil vivió una ola de protestas que se iniciaron el 10 de junio con una manifestación contra el aumento de las tarifas de colectivos y trenes. Pronto se extendió a todo el país y a diversas reivindicaciones.
Esas protestas alcanzaron su punto máximo en los últimos días de junio, cuando millones de personas salieron a las calles de todo el país y se registraron al menos siete muertos, cientos de heridos y decenas de detenidos, situación que hizo que bajara la popularidad de la mandataria.