El presidente de la Fundación Capitán de Navío Manuel Ponte Rodríguez, Paúl del Río, indicó que el Gobierno de los Estados Unidos tuvo participación en los hechos de El Porteñazo y que serán los pueblos quienes deben juzgar su actuación.
Ante la participación del Gobierno norteamericano se preguntó: «¿Quién juzgó a Estados Unidos?», y refirió que tras los hechos de El Porteñazo existió una participación directa de políticas americanas.
«La historia y los pueblos tienen que juzgar, no a los Estados Unidos, (sino) a los gobiernos fascistas, imperialistas, asesinos, genocidas de los Estados Unidos de América».
El alzamiento cívico-militar del 2 de junio de 1962 ocurrido en la Base Naval de Puerto Cabello, conocido como El Porteñazo, respondió a la falsa democracia del presidente Rómulo Betancourt, quien al asumir la presidencia de la República en 1959 orientó su política contra las luchas populares, que habían derrocado al dictador Marcos Pérez Jiménez (1953-1958).
Estuvo encabezada por el Capitán de Navío Manuel Ponte Rodríguez, el Capitán de Fragata Pedro Medina Silva y el capitán de Corbeta Víctor Hugo Morales, se sumó a los alzamientos de ese mismo año conocidos como El Carupanazo y El Guairazo, así como El Barcelonazo en 1960 y otros tantos movimientos insurgentes de las décadas de 1960 y 1970, por la construcción de un país soberano e independiente en contraposición de la Venezuela entregada al imperialismo norteamericano.
Del Río refirió que la Comisión de la Verdad, en cuanto a la participación norteamericana, debe investigar su injerencia en las instituciones militares durante esos años.
Panorama electoral
Acerca del panorama electoral, de cara a las elecciones presidenciales del 7 de octubre, Del Río manifestó que ve difícil que se instaure de nuevo un gobierno de derecha porque habría que doblegar la decisión y voluntad del pueblo venezolano.
«Yo veo muy difícil un régimen de derecha, tendrían que vencernos en las urnas, sino con las urnas, tendrían que matarnos, y es imposible matar al pueblo venezolano, matar sus sueños, y además matar su disposición de defender este proceso con cualquier tipo de armas, con el voto o con el hierro, lo veo imposible», destacó.