Miles de empleados civiles de la base militar conjunta Lewis-McChord, en el noroccidental estado norteamericano de Washington, cesarán sus labores todos los viernes durante dos meses como parte de un programa de licencias obligatorias sin sueldos.
La medida se tomó como consecuencia de los recortes de más de 42 mil millones de dólares que afectan el presupuesto del Departamento de Defensa, y comenzará a regir desde la semana próxima hasta el 30 de septiembre venidero, cuando finaliza el actual año fiscal en curso.
El cese forzoso de labores afectará a más de 10 mil trabajadores civiles de esa instalación, la mayor de los servicios armadas estadounidenses en la costa oeste del país, y tendrá un impacto negativo en el desarrollo de sus actividades durante los próximos 11 viernes, señala el diario Tacoma News Tribune.
Según un plan de operaciones publicado por el mando de la unidad, la ausencia de los empleados tendrá amplias implicaciones negativas, desde afectaciones al funcionamiento de los campos de tiro hasta los servicios de consejería para quienes reciben tratamientos antidrogas.
La suspensión laboral cada viernes reducirá las capacidades de entrenamiento de los medios aéreos que el Ejército tiene en esa instalación y afectará el funcionamiento del principal aeródromo para los helicópteros que prestan servicios de rescates de emergencias en zonas montañosas aledañas a la unidad.
Las tropas también experimentarán demoras en el suministro de municiones, mantenimiento de equipos así como en el transporte de personal y armamentos.
En los últimos meses, el Departamento de Defensa ha impuesto licencias sin sueldos y recortes de beneficios al personal en bases e instalaciones en territorio continental y ultramar debido a la crisis fiscal.