Conozca las conclusiones de este estudio|Personas que han pasado por experiencias dolorosas aprecian más los pequeños placeres de la vida

Bien dice el dicho que después de la tormenta viene la calma. Un nuevo estudio concluyó que las experiencias más dolorosas pueden venir con un alza eventual que nos hace más capaces de apreciar los pequeños placeres de la vida.

Así, las personas que han pasado por el divorcio o que se han enfrentado con la muerte de un ser querido, están mejor equipados para disfrutar de las pequeñas cosas de la vida cotidiana en el largo plazo.

Para llegar a esta conclusión estudiaron a un total de 14,986 adultos para ver si su exposición a las dificultades de la vida afectaban su capacidad para disfrutar experiencias positivas.

Investigadores de la Universidad de la British Columbia y Universidad Pompeu de Fabra, en Barcelona, examinaron la exposición de los participantes a las experiencias dolorosas, incluyendo el duelo y el divorcio.

Se les solicitó a las personas que indicaran si habían tenido este tipo de eventos y, en caso afirmativo, que especificaran si sentían que habían trabajado emocionalmente con el evento negativo, o si aún estaban en proceso de duelo.

A continuación, se les presentó los adultos seis escenarios positivos, que incluían ir de excursión o estar frente a una cascada, para ver si su pasado interrumpía el disfrute de los placeres presentes.

El estudio, que recientemente fue publicado en la revista Social Psychological and Personality Science, encontró que las personas que se han enfrentado previamente al dolor, son más capaces de disfrutar de los placeres transitorios.

“Las personas que se habían enfrentado a más adversidad en el pasado reportaron una elevada capacidad para saborear los placeres mundanos”, escribieron en su artículo.

Sin embargo, también concluyeron que las personas que luchan con el divorcio y que están en medio del luto por alguien cercano a ellos, reportaron una “propensión disminuida para saborear los acontecimientos positivos», informó The Huffington Post.

El estudio parece apoyar la máxima de «lo que no nos mata nos hace más fuertes» y permite a las personas que han pasado por circunstancias difíciles apreciar los pequeños placeres más fácilmente.

fuente/Quo.mx