Por Marcelo Barros|Perspectivas para el año nuevo (Opinión)

A esas alturas, Chamanes y adivinos ya han hecho sus previsiones para el año que comienza. Los brujos de la religión del mercado también ya dicen saber cómo se comportará la economía internacional este año. Hasta el Pentágono publica sus previsiones para su política imperialista en todo el mundo. No es necesario interpretar conchas y cartas para saber que, en América del Sur, tendremos un año con muchos problemas y retos exigentes. No porque la situación de los pueblos sea más grave que antes, al contrario. Según la ONU, América Latina es la única región del mundo donde la pobreza extrema fue combatida. Y en algunos países como Venezuela, Bolivia y Ecuador hasta ha disminuido. Los organismos internacionales reconocen además que, de todo el continente, Venezuela es el país que más logró superar la desigualdad social que venia de siglos. El problema grave es que, ni en Venezuela, ni en los otros países, la elite económica que siempre tuvo en su poder el control de la política acepta renunciar a sus privilegios ni reducir sus intereses para que la inmensa desigualdad social sea superada.

Con todas esas dificultades, el continente dio pasos importantes para la unidad por la cual Bolívar y en nuestros días el Comandante Hugo Chávez tanto han luchado. Organismos de integración de nuestros países como UNASUR y CELAC  se han consolidado. El Banco del Sur comienza a existir concretamente. Este año comienza con la buena noticia de que el imperio americano reconoció su fracaso de más de 50 años en su política de relación con Cuba y ahora nuevas relaciones se establecen porque el mismo Imperio se siente aislado y fragilizado. En Uruguay y Brasil se consolidan gobiernos más en diálogo con los movimientos sociales. En Brasil, la sociedad civil y los movimientos sociales se articulan para lograr que se haga un plebiscito oficial que permita reformar la Constitución y hacer una amplia y profunda reforma política. Todavía  no es para cambiar el sistema que sigue muy apegado al Capitalismo, pero al menos para encontrar formas de inserción popular en una democracia más participativa y más directa.

Para las comunidades cristianas, ese proceso social y político transformador de las estructuras sociales injustas es importante porque es signo y instrumento de la realización en ese mundo de lo que el Evangelio llama de “reinado de Dios”, o sea el proyecto de justicia y paz para ese mundo. En su discurso de la montaña, Jesús afirmó: “Busquen principalmente el reinado de Dios y su justicia. Todo lo demás vendrá en consecuencia de eso” (Mt 6, 33).

irmarcelobarros@uol.com.br

Sr. Barros, Hay que divulgar el progreso conseguido por el continente Sur americano, pero hay que tambien hacerlo con los errores cometidos y no solo eso plantear las posibles correcciones, pues todos tenemos que ayudar a la causa, que no es mas que liberal a la patria grande y despues al mundo entero de este terrible sistema capitalista, que si lo dejamos terminara con el planeta, que es la casa de todos los seres vivos.
En cuanto a los pedidos a DIOS y rezar, para que se haga justicia, creo que eso lo estan haciendo desde el imperio romano y nada, que lo logran, parecen que tiene a Dios confundido, con los pedidoss y rezos,pues de cada lado le piden lo mismo, acabar con el contrario, pero los todospoderosos(USA, GRAN Bretaña, Alemania, etc.) toman hacen sus justicia(capitalista) con sus propias manos.