El país suramericano comienza el juicio por los sucesos en la denominada ‘Curva del diablo’, que dejaron 33 muertos y un desaparecido en junio de 2009.
Los 23 acusados indígenas se enfrentan a cargos de homicidio calificado y delito contra la tranquilidad pública, entre otros, así como arrebato de armamento y municiones, según afirma el diario local El Comercio.
Las sentencias que se piden van desde seis años de cárcel hasta cadena perpetua.
Los sucesos ocurrieron el 5 de junio de 2009, después de que nativos llevasen 45 días de protestas por la propiedad de las tierras de las comunidades indígenas.
La policía intervino entonces, lo que se saldó con 23 policías y 10 civiles muertos.
Entre los procesados hay 53 personas, entre ellas 23 indígenas de las etnias awajún-wampis.