Desde septiembre las familias comienzan el trabajo|El pesebre es una tradición que se mantiene entre los maracaiberos

Es muy común encontrar en Maracaibo familias que año tras año se dedican a elaborar sus pesebres.

Desde el mes de septiembre comienzan a sacudir el polvo de las piezas y a renovar cada diseño. La costumbre está tan arraigada que hasta concursos para premiar al mejor pesebre se hacen en escuelas y empresas privadas.

Aunque los más emblemáticos son los pesebres de Canchacha, ubicado al norte de Maracaibo y el pesebre del Hogar Clínica San Rafael, existen otras iniciativas que motivan al colectivo a visitarlos católicamente cada año.

En el sector Amparo de Maracaibo se ubica el pesebre Paraíso de la Maravilla, elaborado por la familia Valecillos; ya cuenta con 29 ediciones.

En el sector Los Olivos también se deja ver el pesebre elaborado desde hace 21 años por la familia Manzano; desde el mes de septiembre comienzan a armarlo para abrirlo al público en Navidad. Son más de 500 figuras las que utilizan, elaboradas en su mayoría con material reciclable.

Las iglesias también elaboran sus pesebres representando la natividad. En la iglesia Santa Bárbara, ubicada en el centro de Maracaibo, instalan un hermoso pesebre con figuras gigantes. La iglesia Nuestra Señora de Chiquinquirá también elabora un pesebre que se puede ver en el costado del templo.

UNIÓN FAMILIAR

Para el sacerdote Juan Padilla, capellán del Hogar Clínica San Rafael, la elaboración del pesebre permite la unión de las familias, quienes reciben la bendición de la natividad de Jesús.

“Es una alegría y una bendición que esa tradición se mantenga, ya que el misterio del nacimiento de Jesús nos da una esperanza a pesar de la crisis que estamos viviendo”, dijo.

Algunos pequeños, otros más grandes, en patios externos o internos, y hasta en peceras, las y los maracaiberos se las ingenian para celebrar un año más del nacimiento del niño Jesús.

La familia Sánchez, residentes en el sector Las Veritas, elabora cada año su pesebre familiar, construido con cartón y anime lo instalan en un pequeño jardín que mantienen dentro de la casa. El pesebre, calificado por sus creadores como minimalistas, mantiene una arquitectura propia de los países del Medio Oriente, con una cúpula y el establo donde se deja ver a María, José y el recién nacido Jesús. Un elemento que nunca podrá faltar en este pesebre es un pequeño astronauta, que su dueño e inventor Juan Marín Sánchez coloca cada año: “Estoy seguro que Jesús nació y que la estrella que guiaba a los tres Reyes Magos no era más que una nave”.

SAN RAFAEL

Uno de los pesebres más concurridos y emblemáticos de Maracaibo, con 60 años, es el que hasta el año pasado, se ubicada en el Hospital Hogar Clínica San Rafael.

Muchos lo recuerdan como un magnífico pesebre, que adentraba al espectador en varios escenarios. Sin embargo, este año la tradición se vio interrumpida por la falta de algunos repuestos, necesarios para que el pesebre funcione.

El capellán del hospital, Juan Padilla, recuerda que el pesebre cuenta con la anunciación del Ángel a María, la huida a Egipto: “Es un pesebre vivo, muy dinámico”, explicó.

El pesebre del Hogar Clínico San Rafael fue el primero ejecutado en Maracaibo guardando las perspectivas, con una iluminación que semejaba el día y la noche.

Para muchos maracaiberos este pesebre es más famoso, y tiene más tradición que el pesebre de Canchacha, elevado a patrimonio cultural en el año 2014.

El pesebre del hospital data del año 1954, con piezas traídas desde España. El set se elabora con cartón, yeso, madera, entre otros materiales. Posee tres metros de profundidad, por dos de alto y se ubica en un salón donde se dispone de todo lo ancho.

En el pesebre se podía observar una pequeña cascada de agua, además de un riachuelo que fluía hacia un lago artificial que se ubicada a un costado del salón. Las y los visitantes podían disfrutar de un hermoso cielo manejado por un sofisticado software de computación que simulaba el anochecer y hacía que las estrellas en él se iluminaran con un centenar de luceros.

DE TODO EL MUNDO

Uno de los pesebres más concurridos, aunque en los últimos años ha caído en desuso es el popular pesebre de Canchacha, promovido e inaugurado por el difunto Guillermo Cifuentes, quien heredó de su familia la tradición de elaborar pesebres.

El pesebre tiene sus inicios en Nicaragua, país que vio nacer a Cifuentes; luego se mantuvo por 11 años en Colombia hasta que finalmente llegó a Maracaibo en el año 1958.

La construcción que aún se mantiene consta de tres secciones, a saber: el pueblo de Belén, la Jerusalén de la época de Jesús y una parte que representa a Venezuela. Una réplica en mármol del lugar donde nació Jesús y 12 tablillas de cedro con escritos y pasajes bíblicos, además de unas cavernas, adornan el hermoso pesebre.

Según fuentes dedicadas a la cultura, el finado Cifuentes viajó por Europa, Israel, África y otros países de América,  para estudiar las diferentes culturas y sus nacimientos, conocimiento que le permitió construir un original nacimiento con unas 2 mil figuras auténticas de los cinco continentes; las murallas de ocho puertas, el palacio de Herodes, la mezquita de Omar y el convento de San Francisco de Asís.

Al pesebre también se le incluyeron la iglesia de las Tres Cruces de Coro, un galpón andino y dos casas típicas del Maracaibo de ayer. El desierto del Sahára, los camellos y camelleros, piezas traídas del Medio Oriente, Israel y Damasco, los elefantes de la India y el Faro de Alejandría.

TyF/ Yajaira Iglesias