TINTA CRUDA

POR: ALFREDO CARQUEZ S.

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En estos últimos días se han resaltado casi todas las facetas en las que destacó el presidente Hugo Chávez desde que apareció en la vida política venezolana, latinoamericana y mundial. Se le recordó, por ejemplo, desde el punto de vista de su entrega por el bienestar de los olvidados, los desposeídos, los excluidos; por su pasión por el deporte, la literatura, la música, la poesía; por su empeño en lograr la integración de las naciones del Sur y por su constante denuncia ante los crímenes del imperialismo estadounidense y del neocolonialismo europeo.

Sin embargo, brilló por su ausencia la relación que mantuvo el Comandante desde 1998 hasta su partida física con lo que fue, es y será el tema fundamental de la vida económica, política y social de esta Tierra de Gracia: el petróleo.

Podría decirse que el presidente Chávez arribó al mundo de los hidrocarburos en tres fases y desde fuera hacia dentro. La primera inicia cuando al llegar a Miraflores se enfrenta con un mercado petrolero internacional deprimido. La segunda ocurre cuando se planta firme ante el desacato de la alta gerencia de Petróleos de Venezuela. Y la tercera es la de la ejecución de la Política de Plena Soberanía Petrolera.

El Comandante recibió una nación con un presupuesto de ingresos nada prometedor, dependiente de un barril de crudo depreciado, producto, en buena parte, de una insensata política de aumento desmedido de la producción. Esta estrategia, propiciada por los sectores que les marcaron la pauta a los últimos gobiernos de la IV República, respondía a los intereses de los grandes países consumidores de energía y tenía como su más preciado objetivo la privatización de la industria petrolera venezolana.

En esta fase se destaca la gira que realizó el Comandante por las naciones que en ese entonces conformaban la Organización de Países Exportadores de Petróleo y la realización -25 años después de la primera cita- de la II Cumbre de Jefes de Estado llevada a cabo en Caracas. Su esfuerzo, que se tradujo en la recuperación de la disciplina de la organización en lo que respecta al sistema de cuotas y en el reflotamiento del precio del oro negro, prendió las alarmas de los centros de poder que luego hicieron hasta lo imposible para expulsarlo del poder.

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Caracas