Por Jesús Bermúdez|El Poder Popular y Clorox (Opinión)

Era el año de 1814; las haciendas de cacao, café y caña de azúcar de los Valles del Tuy y de las zonas de Barlovento han sido abandonadas por sus dueños por causa de la guerra. Como consecuencia, una multitud de negros, mestizos y mulatos se dirigen a Caracas a saquear las casas de los señores mantuanos, reina el hambre, la miseria y la anarquía.

Doscientos años después, las condiciones son otras; las plantas industriales, galpones y similares, sustituyen las antiguas haciendas situadas en los Valles del Tuy y Barlovento; hoy sus dueños comienzan a abandonarlas. La causa: la guerra entre la barbarie capitalista y el socialismo esperanzador. Es más rentable especular con los dólares que otorga el Estado para el funcionamiento de estas empresas, que ponerlas a producir. Para estos “empresarios”, ahora el dinero también es una mercancía.

La Gran Caracas, los Valles del Tuy y Barlovento, desde hace algunos años están sufriendo los embates de empresarios irresponsables que abandonan las plantas de producción para dedicarse a acaparar productos y especular con los dólares asignados por el Estado; sin querer, poco a poco van creando las condiciones necesarias para la transición un modo de producción capitalista a otro distinto.

Tal situación, pudiera significar el preludio para que el Poder Popular a través de sus Consejos de Trabajadores y el Poder Comunal comiencen a ensayar y generar nuevas formas de producción bolivariana en las plantas y galpones industriales abandonados por sus dueños.

Quienes dirigen al proceso revolucionario tienen en sus manos la posibilidad de dar el salto cualitativo que requiere el proceso. Otro modo de producción es posible, signado por los valores de la Revolución Bolivariana, con base en la producción, el humanismo, la solidaridad, la responsabilidad, la ética; en fin, los valores constitutivos de la nueva Venezuela a la que todos aspiramos.

Hoy en el caso de Clorox el apoyo del Estado venezolano no debe ser ni más ni menos el apoyo prestado históricamente a los empresarios capitalistas, cuyas directivas nunca fueron intervenidas ni condicionadas, más allá de leyes que las rigen; tampoco hubo funcionarios gubernamentales formando parte de estas empresas.

El nuevo acompañamiento del Estado debería debatir con los Consejos de Trabajadores y las Comunas el nuevo modo de producción y sus valores. Además, será necesario abrir el debate sobre el destino final del plus valor. He ahí el tema central.

jesusbermudezucv@gmail.com

Si la masa esta preparada obtendra el triunfo y va saber dirigir todos los mecanismos de produccion e impulsaran ese nuevo modo de produccion y control de la fabrica, a lo venezolano, bien organizados y con respeto por el trabajador. Venceremos la utopia.