Luego de 20 años de maceración y añejamiento en las sombras de una gaveta, este martes se bautizó en el Centro de Arte Los Galpones, en Caracas, el libro Deletérea poemario erótico de María Antonieta Flores publicado por el sello Kalathos Ediciones. En conversación con el Correo del Orinoco la escritora comentó que este viejo poemario recién publicado refleja una visión del erotismo como una fuerza vital que trasforma al ser humano, tato a quienes viven y sienten el amor, como a quien recibe ese ímpetu.
El poemario está dividido en siete partes llamadas “maldecitas” que son “como momentos o instantes de encuentros en los cuales los cuerpos trascienden el contacto de la piel y tocan otras fibras, otras instancias. Y ahí hay una zona que tiene que ver con la maldad, con el veneno, que también forma parte de la erótico del se humano que siempre va a vivir entre la luz y la oscuridad porque vivimos entre el día y la noche”, adelantó la autora.
Y así como el amor y el erotismo suelen estar acompañados por otros sentimientos, en distintas proporciones, en este poemario, apuntó Flores, también están presentes el dolor y la aceptación de ese veneno que nos puede matar, pero también inmunizar. “Hay muchas ideas sobre el erotismo que a veces distorsionan el verdadero sentido creativo e incluso purificador que tiene el Eros como fuerza vital, que es principalmente ese deseo de poseer al otro como un objeto.
Otro elemento de distorsión son la culpa y la sensación de vacío que siente alguien cuando su deseo no es respondido eso ¿Qué hace uno con eso? Primero tiene que aceptar que están ahí. Y después buscar reconciliarse con esas cosas y aceptarlas. Porque el veneno te mata, pero en las dosis adecuadas te puede salvar”, insistió la poetisa, ensayista y crítica literaria Deletérea, señaló la escritora, proyecta un punto de vista ubicado en “la sensibilidad erótica” entendida como la manera en que cada persona construye el Eros y lo proyecta en los otros para amarlos.
LA HISTORIA
Según contó María Antonieta Flores, en 1995 escribió Deletéra sin entender completamente cuáles eran esos elementos íntimos que se traslucían en el texto. Una vez listo el manuscrito lo envió a la primera edición del Premio Teófilo Tortolero, en el que participaba como jurado Juan Liscano. En el veredicto del concurso Liscano destacó el poemario “por el manejo del lenguaje y la revelación amorosa que ahí se presentaba”, recordó Flores.
El certamen era con seudónimo y Liscano no tenía forma de saber que la autora de ese texto era María Antonieta Flores. “Yo lo llamé para agradecerle sus comentarios y él se sorprendió, porque le pareció algo completamente a mis obras anteriores canto de cacería y El señor de la muralla.
Después le envié otras dos versiones revisadas de Deletérea, pero no le parecieron tan afortunadas como la primera”, reveló la artista. Tal vez afortunadamente, Flores no tuvo posibilidades de publicar el poemario en su momento, pero ella siguió escribiendo y siguió andando “porque uno sigue escribiendo con la vida y la vida sigue escribiendo con uno”.
Y en 1997 compuso el ensayo Sophia y mythos de la pasión amorosa, texto enviado a Liscano, quien lo reseñó en la revista Primicia. Dentro de la reseña, Juan Liscano se vuelve a referir a Deletérea y justamente esos párrafos del ensayista , escritor y crítico literario forman parte del epílogo del libro bautizado ayer. Justamente, una de las motivaciones para publicar el poemario escrito hace 20 años es “rendir un bonito homenaje” a Juan Liscano, a propósito del centenario de su nacimiento.
ENERGÍA RENOVADA
A manera de confesión, Ana María Flores reveló que en el momento presente Deletérea le está aportando en el momento presente “la fuerza que yo tenía hace 20 años atrás una fuerza que yo necesito, esa fuerza de que había perdido en varios aspectos de eso. Cuando o revisé antes de publicarlo en su primera versión, que fue la que le agradó a Liscano, noté que el lenguaje mantiene conexión con poemarios que surgieron después como Limaduras, Madera de orilla, e incluso en Temples”.
De alguna manera, agregó Flores, Deletérea es una especie de eslabón oculto de su trayectoria como escritora y poeta que ha reflexionado sobre el erotismo “como una energía y fuerza que va mas allá del simple placer físico que se escabulle”, declamó.
Por otra parte, este viejo nuevo poemario es para Flores el fin de una deuda pendiente con sus lectores tanto los de ahora como los de antes y los de siempre, algunos de los cuales ya no están, como el mismo Liscano y Denzil Romero, quien también tuvo la oportunidad del leer este poemario que igualmente alabó. Así mismo, esta publicación de Deletérea lo asumió la poetisa como un compromiso “conmigo misma, porque pensé que si moría (antes de publicar) nadie se iba a enterar de la existencia de este libro- Y si yo misma no me ocupo de mi obra se queda ahí, perdida”.