Un campamento de indignados del movimiento Ocupemos Nueva Orleáns fue deshabilitado este martes por decenas de policías en un nuevo acto de desalojo, práctica recurrente en Estados Unidos durante las semanas recientes.
Las tiendas de campaña alojaban a manifestantes contra la desigualdad y las políticas financieras imperantes en el norteño país, así como a personas sin hogar producto de la crisis hipotecaria.
Las carpas se encontraban en la Plaza Duncan, donde los activistas sociales se asentaron hace justamente dos meses, para organizar desde allí protestas y demandar al Gobierno medidas a favor de los trabajadores y aumento de los impuestos al uno por ciento que concentra las riquezas.
El desalojo ocurrió horas antes de que un juez federal considerara una petición de los acampados para suspender temporalmente la medida policial.
Situaciones similares se registraron en las últimas semanas en las principales ciudades estadounidenses, donde se establecieron subgrupos del Movimiento Ocupemos Wall Street (OWS), iniciado el pasado 17 de septiembre, en Nueva York.
Los Ángeles, Oakland, la propia Gran Manzana y Washington son algunos de los lugares donde los manifestantes fueron obligados a abandonar sus sedes.
Algunas de las operaciones de los agentes antidisturbios se realizaron mediante el uso de la fuerza y como consecuencia varias personas resultaron heridas, mientras exceden cuatro mil las detenciones, según el sitio web: occupywallst.org.
En uno de los casos, los efectivos utilizaron gas pimienta para reprimir a los manifestantes, mecanismo permitido solo para diseminar protestas violentas.
Otros reportes confirman que una mujer embarazada perdió a su bebé, varios días después de ser golpeada por un policía durante una marcha.
La agenda de los ocupantes, bajo el lema: No se Puede Desalojar una Idea, tiene carácter permanente y se mantendrá hasta que logren ser escuchados y atendidos por las autoridades, según declaraciones de sus organizadores.
Actualmente se encuentran inmersos en la campaña Ocupemos la Navidad, que busca demostrar los perjuicios generados por el consumismo y hacer ver la necesidad de un mundo balanceado.
Caminatas, discursos, ferias para intercambiar productos con personas necesitadas, comidas comunitarias y plantones frente a instituciones federales son otras de las actividades que desarrollan los contestatarios estadounidenses.
El Movimiento OWS además de extenderse por todo Estados Unidos sobrepasó las fronteras nacionales para llegar a Canadá, donde existen grupos de indignados en varias provincias.