Unos 200 indignados que se mantenía en la madrugada de este domingo en la emblemática Puerta del Sol, en Madrid (capital española), fueron desalojados por la Policía que irrumpió en la plaza cerrando el acceso al lugar. Los uniformados detuvieron a al menos 18 personas, según fuentes policiales.
La prensa local informó que los manifestantes vivieron escenas de tensión por los agentes, sin embargo, esto no ha sido motivo para que los integrantes del movimiento 15-M regresen a las calles a las 17H00 locales (15H00 GMT) para demostrar que «cuando nos juntamos no tenemos miedo, porque seguimos en las plazas y en solidaridad con las personas detenidas».
La Policía Nacional ha advertido a los indignados que permanecerán en los accesos a la Puerta del Sol y que si intentan pernoctar en la zona serán desalojados y sancionados ante la Delegación de Gobierno.
Las autoridades decidieron que las manifestaciones finalicen a las 22H00 locales (20H00 GMT), a fin de impedir que se produzcan acampadas como las de hace un año.
Los desalojados se habían quedado en la plaza al término de la concentración cuyo permiso expiraba a las 22H00 locales (20H00 GMT) del sábado, pero que se prolongó hasta las 00H00 locales (22H00 GMT) para llevar a cabo el llamado «grito mudo» (un minuto de silencio) y celebrar una asamblea previo a su primer aniversario el próximo 15 de mayo.
Los agentes también retiraron las lonas, que a modo de toldos, habían sido instaladas por los indignados para fijar allí el lugar de reunión de grupos de trabajo para la elaboración de propuestas alternativas a los problemas económicos, políticos y sociales que enfrenta la nación europea.
En Valencia (este) y en Cádiz (sur) también se han efectuado desalojos casi de manera simultánea a la intervención policial en la capital y un par de horas antes ya se había repetido la escena en Palma de Mallorca (este), con el desalojo de unas 200 personas.
El 15-M ha repartido por temáticas diferentes emplazamientos cercanos a la plaza, que vio nacer el movimiento, que serán llevadas a la asamblea del Sol, donde se hará una puesta en común y se presentará también una nueva iniciativa «indignada»: el Tribunal Ciudadano de Justicia.
Otras de las propuestas lanzadas por distintas reuniones pasarían por una huelga de consumo o acciones de sentada ante entidades bancarias para exigir una democracia real, más justicia social, una distribución de la riqueza y una ética pública.
La celebración del 15-M se extendió por más de 30 países. La cita se coordinó con el movimiento estadounidense Ocupa Wall Street y con ciudades como Atenas (Grecia); Francfort (Alemania); Londres (Inglaterra) y Lisboa (Portugal).
En Roma (Italia) también se realizó una manifestación a la que los indignados llamaron simbólicamente «Olimpiada de los Derechos».
La mayoría de las concentraciones incluyeron conciertos, mesas redondas y actos pacíficos de protesta para convertir «las calles en el mayor altavoz del mundo» y reivindicar «más justicia social, la distribución de la riqueza y una nueva ética pública», según los organizadores.