Este domingo se celebra el Día Mundial|Por cada donación de sangre se salvan al menos tres vidas

Salva una, salva dos, salva tres. Cada donación de sangre, cada bolsa roja con medio litro -o un poco menos- de este líquido sin imitadores puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte de tres personas.

Maribel Meléndez, médica hematóloga y profesora de la UCV, confirma que, incluso, se podría preservar la integridad de más pacientes. Lo importante, en todo caso, es tener donantes siempre, lo que implica sangre segura para quien la requiera.

“¿Qué van a hacer con mi sangre?”, es la pregunta que cualquiera se haría antes de entregarla. El material, ya en el banco de sangre, se fracciona en diferentes componentes, puntualiza Meléndez, en conversación con el Correo del Orinoco. “Se obtiene un concentrado de glóbulos rojos, una unidad de plasma fresco congelado, una unidad de plaquetas y una unidad de crioprecipitados”, describe.

Por cada donación se puede beneficiar, por ejemplo, “a una persona con anemia, a una persona con sangrado por plaquetas bajas y a una persona que tenga alterada la coagulación”, enumera. Pero hay más: “Si se obtienen crioprecipitados, se favorece a un paciente adicional. Y si el plasma excedente se envía a la planta Quimbiotec (que funciona en el IVIC), a partir de esa misma donación se obtienen albúmina e inmunoglobulinas”.

Con el lema “Gracias por salvarme la vida”, la Organización Mundial de la Salud celebra hoy 14 de junio  el Día Mundial del Donante de Sangre. “Se quiso dedicar este día a agradecer a los héroes anónimos que permiten que otra persona pueda vivir gracias a sus donaciones”, enfatiza Meléndez. Pero también, “para concienciar acerca de la importancia de la donación de sangre de forma voluntaria y repetida”.

AUMENTAR LA DONACIÓN

“La tasa de donación voluntaria de sangre se corresponde con el desarrollo de las naciones”, comenta la médica. Venezuela está muy por debajo de la cuota de la Organización Panamericana de la Salud (OPS): “Al menos 3% debería hacerlo, pero estamos aproximadamente en la mitad”, señala Meléndez. O menos.

Si las venezolanas y los venezolanos son un pueblo solidario, ¿qué sucede que no dan el paso siguiente? “Las personas le temen a la pérdida de sangre, y persiste el mito de que la donación de sangre causa daño”, acota. Algunos estudios muestran que también causan terror las agujas, o la idea errónea de que se puede adquirir una infección.

La realidad es que la cantidad que se extrae de una o un donante equivale a menos de 10% de la que tenemos en el organismo, por lo que no hay efectos adversos, recalca Meléndez. Tampoco es una vía de intercambio de infecciones, porque todo el material que se utiliza es estéril y descartable.

Es contra toda lógica pensar que donar sangre hace engordar. No hay mecanismo fisiológico que le dé “carne” a tal argumento, salvo -como lo aclara la hematóloga- que la persona coma más de la cuenta para “reponer” lo que entregó. Y cabe aclarar que no es más comida, sino mucho líquido, lo que en realidad requiere.

SIEMPRE SE NECESITA

“Lo ideal no es esperar a que te pidan que dones; lo mejor es que la sangre espere por los pacientes y no los pacientes por la sangre”, insiste. “Todos podemos, en un determinado momento, necesitar sangre para poder sobrevivir a condiciones graves de salud, procedimientos quirúrgicos complejos, lesiones por accidentes o desastres naturales”.

La ciencia no ha podido replicar la complejidad de la sangre en el laboratorio. “Las células que constituyen ese líquido rojo son únicas. Por ejemplo, los glóbulos rojos transportan sangre al organismo, y eso no ha podido ser igualado por ninguna célula artificial”, describe. Tampoco ha sido posible replicar las plaquetas, que detienen una hemorragia. “Por ello, necesitamos tener disponible la sangre de donantes voluntarios”, subraya.

La persona que va a donar “lo hace de manera altruista” y con el objetivo de ayudar a otras. “La sangre colectada de donantes voluntarios garantiza la calidad y seguridad de las donaciones. El desafío es colectar sangre en cantidad y calidad para ser trasfundida”, remarca.

De acuerdo con sus cálculos, 3% de la población debería ser donante voluntaria altruista cada año. Venezuela está en mora con ese porcentaje.

T/ Vanessa Davies
F/ Jonathan Manzano