Juan Azócar | Por un puñado de dólares (Opinón)

Los caminos escogidos por la Revolución Bolivariana y la oposición son muy precisos si hacemos un balance de la actuación de cada sector. El triunfo de Chávez en 1998 selló una manera de actuar y gobernar ajustados a los preceptos de la Constitución Bolivariana. Igual decisión ha tomado el Presidente Nicolás Maduro, a pesar de toda la carga de agresividad opositora en su contra desde la misma noche cuando el CNE anuncia su victoria.

No hay dudas que se han hecho todos los esfuerzos para evitar salir de la legalidad, a pesar de haber ocurrido hechos violatorios del marco legal vigente que han repercutido y afectado negativamente a nuestra población.

El transcurrir de los días nos dice que efectivamente el camino de la Revolución Bolivariana no está sembrado de flores. No está demás decir que en ningún momento se pensó que ello era así. No es concha de ajo ni pelar mandarinas.

Seguimos en presencia de un monstruo de mil cabezas. Tan mañoso, tramposo y vicioso que no le ha importado vender su alma al diablo imperialista para lograr el objetivo de retornar al gobierno. Esto significa volver con las andanzas explotadoras, del saqueo y la dominación más vil y vergonzosa. De la entrega sin condición alguna. Todo por un puñado de dólares, como el nombre de aquella película de vaqueros.

De manera que esta oposición retrógrada, “obsoleta y periclitada”, al decir de R. Betancourt, pareciera no cesar en sus andanzas golpistas. Los encuentran y los agarran con las manos en la masa y se presentan como si nada. Todo indica que no solamente perdieron el rumbo de la vía democrática y de la relación con el pueblo, sino que han llegado al extremo del abuso de la mentira y la burla a la Constitución.

Todo indica que el común denominador de la actual oposición es la marcada desesperación por volver al gobierno valiéndose de todos los atajos, caminos oscuros y la ayuda del mismo diablo. Quien actúa como su padre y señor en cada uno de sus pasos.

Ese camino de la desesperación los ha llevado a cometer todo tipo de locuras y, sobre todo, asesinatos que ya se cuentan por centenas, producto de sus llamados a la violencia. No se cansan ni sienten vergüenza para visitar embajadas del exterior para arrodillarse e implorar financiamiento y viles pronunciamientos en contra de nuestro país.

Todo indica que seguimos en presencia de gente de sumo cuidado. Están demostrando que están realmente desesperados por el poder. Que vuelvan al redil constitucional parece difícil.

T/ Juan Azócar

Leí muchos artículos del lúcido joven periodista que era en Cumaná Juan Azócar. Ahora, transcurridos algunos años, también me gusta esta columna cuyo título rememora, de modo muy pertinente, un célebre Spaghetti Western de Sergio Leone.

  • La lucha con las ideas, el hacer y el sentir son imprescindibles para lograr y mantener el proceso socialista que requerimos como patria, diferente al que están acostumbrados las elites oligarcas venezolanas, que justifican los medios, sin importar cuales (crimen, desverguenza, traición, entre otros) con tal de alcanzar su obejtivo y continuar su status quo.

  • En su desesperación por cumplir con el mandato del amo, tienen que preparar otra aventura antes de la Cumbre de las Américas –aproximadamente un mes–; tienen la paga, los instrumentos y los mercenarios. La paga mermada por los comisionistas, de allá y de acá; los instrumentos suministrados (C-4, armas y medios de comunicación), disminuidos por comisos y la falta de creyentes. Los paramilitares, sicarios y francotiradores muy cerca de la frontera o de casa de mamá. No obstante queda el peligro de esta última arremetida, antes que los abandonen y recluten a otros.