La presidenta Dilma Rousseff presentó hoy el programa Vivir sin límite, destinado a beneficiar a más de 45 millones de discapacitados brasileños, en ceremonia en el Palacio de Planalto.
La mandataria no pudo contener las lágrimas al anunciar la presencia en el auditorio de las hijas de los legisladores brasileños Romario de Souza Faria y Lindbergh Faria, portadoras del Síndrome de Down, y aseguró que en momentos como esos es que vale la pena ser presidenta.
Vivir sin límite, nombre dado al Plan Nacional de los Derechos de la Personas con Discapacidad, persigue promover la inclusión social y la autonomía de esas personas, eliminando barreras y permitiendo su acceso a bienes y servicios.
Datos oficiales del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística reflejan que en el país hay unos 45 millones 600 mil personas con algún tipo de discapacidad, lo que representa el 23,91 por ciento de la población total de 191 millones de habitantes de esta inmensa nación suramericana.
«Estamos aquí para celebrar el coraje de vivir sin límites. Es increíble la fuerza que hay en las personas para vencer desafíos y superar límites», apuntó Rousseff y destacó la importancia de la autonomía en la vida de las personas con limitaciones de diferentes tipos.
Tras defender que todos tengan las condiciones para desarrollar sus potencialidades, la mandataria aseveró que «son los brasileños quienes pueden realizar plenamente sus sueños individuales, pero pueden y deben ayudar a hacer realidad nuestro sueño colectivo».
Por su parte, el secretario nacional de Promoción de los Derechos de las Personas con Discapacidad, Antonio José do Nascimento Ferreira, preciso que el plan posee un presupuesto de siete mil 600 millones de reales (unos cuatro mil 300 millones de dólares) para cumplir una serie de metas hasta 2014.
Las acciones, a ejecutar en conjuntos por 15 órganos del gobierno, incluyen las áreas de educación, salud, inclusión social y accesibilidad.