El presidente de Francia, François Hollande, inicia este domingo una visita oficial de dos días a Arabia Saudita con el objetivo de fortalecer las relaciones bilaterales y la firma de multimillonarios contratos en materia de cooperación militar.
El jefe de Estado viaja acompañado por cuatro ministros de su gabinete, entre ellos los de Asuntos exteriores, Laurent Fabius, y de Defensa Jean-Yves Le Drian.
También forman parte de la delegación unos treinta jefes de grandes corporaciones como Electricidad de Francia, el grupo nuclear Areva, el consorcio industrial Alstom y la firma especializada en defensa Thales, lo cual confirma el marcado interés económico de la gira.
Entre los propósitos del viaje figura avanzar en las negociaciones de dos importantes contratos para la renovación de las fuerzas armadas sauditas, cuya firma depende de una decisión del rey Abdalá Bin Abdelazis.
Uno de ellos es el denominado MK3, destinado a dotar al país árabe de modernos medios de defensa antiaérea, donde la principal beneficiaria sería la empresa Thales con un pedido de cinco mil millones de euros en los próximos años.
El otro acuerdo pendiente de concretar es el Sawari 3, un gigantesco proyecto para la renovación de las fragatas y los submarinos de la armada saudita, por un monto global de entre 25 mil y 30 mil millones de euros.
Si logra concretar estos negocios, Francia pasaría a convertirse en el primer socio de Arabia Saudita, que hasta ahora había privilegiado las relaciones con Estados Unidos.
Hollande, quien ya visitó este país en 2012, se entrevistará este domingo con su anfitrión en la ciudad de Rawdat Khurayim, a 60 kilómetros al noreste de la capital, Riad.
En la agenda de las conversaciones está, asimismo, establecer un marco jurídico para las inversiones de esa nación en Francia.
Las relaciones comerciales entre los dos países sumaron unos ocho mil millones de euros en 2013, de los cuales tres mil millones corresponden a exportaciones galas y el resto están formados, en la mayor parte, por las compras de petróleo hechas por París.
El presidente francés y el monarca árabe también abordarán la situación regional, en particular la crisis en Siria, donde ambos comparten una visión injerencista y su obsesión por el abandono del poder del presidente Bashar Al Assad.