El presidente de Haití, Michel Martelly, expresó su rechazo antes los abusos contra un menor haitiano por parte de militares uruguayos de la Misión de Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (Minustah) en el país.
“La Presidencia condena vigorosamente este acto que subleva la conciencia nacional y espera un informe detallado” sobre los hechos ocurridos, manifestó el Mandatario a través de un comunicado, reseñó la agencia EFE.
El Jefe de Estado aseguró “que los culpables y los cómplices de tal acto no quedarán impunes”.
Los hechos denunciados son investigados por la Minustah y también por las autoridades de Uruguay, tras recibir un vídeo en el que miembros de la armada uruguaya vejan a un niño.
En el vídeo, del que se difundieron pocos segundos y que fue grabado con un teléfono celular, se ve a un joven haitiano tirado sobre un colchón con los pantalones bajos, mientras es retenido por dos militares y un tercero semidesnudo se arrodilla a sus espaldas.
Frente a esta situación, el presidente Martelly consideró que cualquier violación “es un delito grave que no puede ser tolerado”.
El Mandatario haitiano también reclamó que la Minustah adopte medidas para evitar que se reproduzcan actos de este tipo.
Debido a la denuncia revelada, el Gobierno de Uruguay anunció el cese del jefe del contingente naval de su país y ordenó la repatriación inmediata de los cinco marinos implicados en el vídeo.
Por su parte, el comandante en jefe de la Armada uruguaya, Alberto Caramés, anunció que se tomarán medidas severas y ejemplarizantes y señaló que se aplicará el máximo rigor si las investigaciones demuestran la culpabilidad de los militares.
Tanto la víctima de la violencia militar, como su madre, ya han dado testimonio a la justicia de la nación caribeña.
Fuente/AVN
Las fuerzas de la Minustah, integradas por unos 12.000 agentes, se encuentran en Haití desde 2004, luego que fuera derrocado el presidente Jean Bertrand Aristide.
El año pasado, soldados nepaleses que integran estas tropas fueron denunciados por causar la transmisión de la actual epidemia de cólera, después que las letrinas de su campamento contaminaron un río.
Esta enfermedad ya causó la muerte 6.200 personas desde octubre de 2010.