El presidente de la República del Ecuador, Rafael Correa, anunció este sábado el veto parcial a la Ley de Educación Intercultural, aprobada por el Poder Legislativo de esa nación hace una semana.
El primer mandatario ecuatoriano devolvió el instrumento legal por considerar que contiene aspectos, que calificó de «horrores». En particular objetó la disposición que omite la posibilidad de que el Ejecutivo tenga un representante en el Instituto Nacional de Evaluación.
«El Gobierno debe tener un representante. Si nosotros somos los que estamos haciendo las mejoras en la educación, debemos ser los que establezcamos los indicadores de evaluación«, dijo Correa al considerar que «este tipo de absurdos se aprueban por mala fe o ignorancia».
El mandatario hizo un llamado a los asambleístas de la bancada oficialista de Alianza País, para que entiendan y apoyen el veto, «para poder sacar el país adelante».
Recordó que «hay un poder legítimo que ganó en las urnas» y pidió a la oposición legislativa que lo deje gobernar.
«El reto del Gobierno es cambiar un sistema y para ello se necesitan instrumentos para ese cambio», anotó durante el informe de labores realizado este sábado desde la localidad de Guayllabamba, al noroccidente de Quito.
Correa reconoció que la Ley de Educación tiene muchos aspectos favorables, como el incremento sustancial de los salarios de los profesores, bajo la condición de trabajar en una sola escuela y concentrar en ella sus esfuerzos pedagógicos.
Añadió que en el país hay quienes piensan que «mientras más poder le resten al Ejecutivo, mejor; mientras más disperso esté el poder, mejor; eso es falso y nos inmoviliza», recalcó y llamó al pueblo a decir en las urnas «si hicimos mal o bien».
«Que sean ellos (el pueblo) quienes nos sancionen, pero no unos cuantos asambleístas que siempre están viendo como bloquear al Gobierno y no a los medios de comunicación», criticó el gobernante tras rechazar chantajes y presiones de esos legisladores.